LA EDUACION EN POST PANDEMIA
José Manuel Castelblanco Arenas
Magister en Educación
En al año 2009 siempre inquieto por este tema de la educación como un factor de desarrollo y de emancipación pacífica de todos los territorios, escribí un texto que denomine “PARADIGMAS EN EDUCACION” https://ingenieriaydidactica.blogspot.com/2009/ en el cual inicie por preguntarme, por ¿Cuáles han sido los avances en materia de modelos y estrategias pedagogías que han permitido el desarrollo de la educación en nuestras instituciones de educación pública?, ¿Estamos preparados los docentes en la implementación y uso de herramientas tecnológicas acordes con los cambios en la cultura escolar de los jóvenes?, ¿Cómo se está reconfigurando la relación docente alumno con la información y el conocimiento?, ¿Cuál es la responsabilidad social de la escuela en el desarrollo tecnológico, político y cultural del país?, preguntas que hoy más que nunca son relevantes, en esos tiempo. Siempre buscando una respuesta a cada una de ellas; me encontraba con muchos profesionales de la pedagogía que desde su lugar nunca pudieron dar una respuesta convincente y argumentada; mientras yo sigo afirmando que la pedagogía está en crisis, afirmaciones que me enfrentaron a situaciones molestas frente a muchos pedagogos e intelectuales. Hoy agradezco al COVID 19 que ha puesto de manifiesto las desigualdades sociales y por ende educativas del sistema escolar en el mundo, una oportunidad para aceptar que estas desigualdades o crisis se mantenían invisibilizadas y por tanto desatendidas.
Esta dolorosa y a la vez importante experiencia de un confinamiento mundial, algo inimaginable para la historia de la humanidad, debe servirnos para dejar nuestros egos, valorar la vida y repensar desde cada una de nuestras posiciones cual es nuestro compromiso en lo que estamos denominando el retorno a una nueva normalidad, para los que tenemos la gran fortuna de trabajar en el sector de la educación, uno de los sectores que mostro más deficiencias y vulnerabilidad en medio de esta pandemia, es el momento de asumir el reto de transformar el modelo educativo vetusto que hemos estado implementado durante las últimas décadas o remplazarlo por un modelo de transformación social que rompa paradigmas; capaz de mitigar las desigualdades sociales, es atrevermos a ir de la mano de un modelo educativo emergente que desafié la pedagogía tradicional hasta hoy impuesta, por una que promueva la emancipación individual y colectiva de los estudiantes, que hagan parte de un territorio, que reconocen y responden a sus particularidades, un modelo que se apoye en la ciencia y la tecnología como herramientas que permita el desarrollo de pedagogías que caractericen a las instituciones educativas, como espacios de desarrollo ya sean presenciales o virtuales, como también instituciones que asuman un rol activo y protagónico en la transformación del desarrollo y preservación de la especie humana.
De esta manera, veo necesario indagar por el estado actúal de esas pedagogías que emergieron en un mundo globalizado mediado por la tecnología, debemos tener en cuenta que la tecnología como herramienta para la educación no llego con el COVID 19, que ya desde hace más de 25 años venimos escuchando hablar de E-learning, sin embargo hoy, este virus o periodo crítico de la existencia humana, en plenitud de una cuarta revolución industria cuando contamos con de internet, redes sociales, blockchain, inteligencia artificial, inteligencias múltiples, y todas aquellas herramientas y desarrollos tecnológicos que presento en un artículo publicado en el año 2013 que llamo PARADIGMAS EN EDUCACIÓN https://ingenieriaydidactica.blogspot.com/2013/ , revelo los puntos débiles de la sociedad y sobre todo del sistema educativo, nos mostró un sistema educativo en crisis. Es un momento histórico para replantear en rol de las facultades de pedagogía en la formación de educadores dispuestos a romper paradigmas, con unas nuevas competencias e inicial el camino al cambio donde las pedagogias emergentes respondan a las situaciones actuales del mundo moderno.
Es un llamado a replantear la formación de los docentes y sus competencias, los procesos organizativos, la capacidad de adaptación, los currículos vistos desde las ciencias de la complejidad https://ingenieriaydidactica.blogspot.com/2018/, entre otras variables que nos permita pensar en un futuro no tan vulnerable, y sobre todos que permita disminuir las desigualdades entre los diferentes territorios, romper paradigmas es apuntarle que este aprendizaje producto de la pandemia no sea en vano, sino que resignifique un punto de inflexión entre el pasado y el futuro.
La escuela post pandemia tiene la oportunidad de acabar con el dogmatismo de la pedagogía dominantes y defender la pedagogía emancipatoria, que busque promover una verdadera transformación social formadora de ciudadanos activamente participativos en dichas transformaciones, con bases científicas y lideres sociales que estén dispuestos a trabajar por un mundo más justo y amable para todos. En esta transformación deben participar todos los miembros de la comunidad educativa y para ello, debe haber una previa conciencia de cambio, por tanto, es necesario que el contenido orientado hacia la agencia de cambio, se potencie desde el inicio de la escolarización hasta el final de la vida escolar particular para cada persona, siempre adaptándolo a las necesidades de cada territorio y de cada etapa de la existencia humana.
Sobre este parámetro de punto de inflexión, debemos reconocer que esta crisis nos da la oportunidad y nos obliga a que emerjan técnicas o corrientes que permitan en algún momento respondes a la crisis. Sobre estas experiencias debemos trabajar, teniendo en cuanta que el universo de la educación en un contexto globalizado y mediado por la tecnología divide a la población estudiantil del mundo en una población que se inclina por una educación presencial, por una educación fundamentalmente hibrida, otra totalmente virtual, una población que encontró en el internet una gran oportunidad, es por esto mismo que nos debemos de concentrar la pedagogías emergentes, o pedagogía para un entorno extremadamente cambiante.
Ahora bien, me inquieta ¿Cuàl es la escuela o la educación que debemos implementar en post pandemia?, y encuentro alguna repuesta en Francesco Tonucci, en su entrevista «Cuando empecemos de nuevo, deberemos inventar otra escuela» y le preguntan ¿El Covid-19 es una oportunidad para pensar en una escuela diferente?
Responde:
- “La crisis, como dijo Albert Einstein, puede ser una bendición, porque produce progresos. Espero eso, especialmente para casos como el de la Argentina, donde las autoridades parecen motivadas a impulsar cambios y no la conservación. Las escuelas que mejor funcionan en el mundo, como las de Finlandia, no tienen exámenes; hay muchas menos horas de cursada a lo largo del año; empiezan la primaria a los 7 años y no hay tareas. Se hace mucho hincapié en repetir o pasar de año, y eso no es lo central. Cuando empecemos de nuevo, tendremos que inventar una escuela que hoy no existe. No es verdad que vamos a poder volver a la escuela de antes; porque el virus nos obligará, con las condiciones de distancia y de cuidado, a pensar cosas totalmente distintas. Aquí, por ejemplo, hemos analizado la posibilidad de dividir las clases en dos grupos, uno en casa y otro en la escuela, e ir rotándolos. Pero lo principal es que tenemos que idear una escuela pensada de otra manera. La debilidad es que se funda en una base jerárquica y que los de la misma edad saben lo mismo, creyendo que cuando empiezan el proceso escolar no saben nada y después empiezan a saber lo que los maestros supieron pasarles. El mérito del aprendizaje se pone siempre en los niños: si no aprenden, no se castiga al docente que no supo enseñarles, sino al alumno que no tuvo capacidad o no quiso aprender. Podemos abandonar la idea de la clase con pupitres en la que los alumnos escuchan y repiten, y pensar que trabajen entre ellos. Si tenemos grupos de 6 a 12 años, hasta se pueden manejar solos, por lo cual un profesor puede lanzar propuestas, o crear grupos de trabajo que luego supervisa. En este momento, donde tenemos que enfrentar una situación nueva y problemática, mezclar edades lo haría mucho más fácil”. https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/francesco-tonucci-cuando-empecemos-de-nuevo-deberemos-inventar-otra-escuela.
Y algo más para tener en cuenta es el informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que nos presenta una seria de datos y estadísticas las cuales nos permite dimensionar los efectos de la pandemia en el sistema educativo en América Latina, como punto de partida esto nos da pie a repensar los sistemas educativos, y sobre todo nos enfoca en responder a la pregunta, ¿Cómo abordas las pérdidas de aprendizaje en tiempos de pandemia?
. “ Durante la pandemia de COVID-19, 165 millones de estudiantes de América Latina y el Caribe se vieron abruptamente desconectados de la educación. A finales de 2021, las escuelas habían estado cerradas una media de 237 días, más que en cualquier otra parte del mundo. Aunque la pandemia de COVID-19 ha afectado las vidas de mucha gente en todo el mundo, no lo ha hecho de manera uniforme. Tal vez uno de los legados más devastadores de la pandemia sea su efecto sobre los jóvenes. Durante uno de los periodos de desarrollo más críticos de la vida, un gran número de jóvenes se han visto privados de educación y expuestos a mayores niveles de inseguridad social, sanitaria, económica, violencia doméstica y abusos. A pesar de los esfuerzos de toda la comunidad educativa para garantizar que los estudiantes mantuvieran algún nivel de aprendizaje, las pruebas recogidas en este informe muestran que muchos escolares no participaron en actividades de aprendizaje significativas y que el parón en la acumulación de habilidades y capital humano tendrá consecuencias inmediatas y a largo plazo para el bienestar de los países. ¿Por qué? No fue sólo la pandemia. Fue el hecho de que la región y sus sistemas educativos no estaban bien preparados para soportar un choque de esta magnitud. Los efectos a corto y largo plazo de la crisis sanitaria no pueden entenderse si el relato no incluye las condiciones de partida. El objetivo de este informe es proporcionar a los responsables de la política educativa de toda la región una idea de la magnitud de los daños, sus consecuencias si no se toman medidas inmediatas, sustanciales y eficaces, y las prioridades de la política educativa teniendo en cuenta el punto de partida y los efectos de la pandemia. Y lo que es más importante, el informe también constituye una brújula para que el sector educativo desarrolle respuestas basadas en la evidencia dirigidas a las necesidades inmediatas de los jóvenes, así como las medidas a medio plazo que se necesitan para reconstruir nuestros sistemas educativos para que sean más resistentes, equitativos y eficientes a la hora de desarrollar estudiantes eficaces a lo largo de toda la vida. Si no hacemos nada, dejaremos atrás a toda una generación. Los gobiernos tienen que utilizar todas las palancas de las que dispongan para recuperarse, y la educación es clave en ese proceso” . https://publications.iadb.org/es/como-reconstruir-la-educacion-postpandemia-soluciones-para-cumplir-con-la-promesa-de-un-mejor.
Un reto para la educación en una era post pandemia es responde a la necesidad de educación de una sociedad con pensamiento crítico en un mundo globalizado mediado por la tecnología. En el estudio que encontramos de la Universidad de Barcelona, titulado “PEDAGOGIAS EMERGENTES EN LA SOCIDAD DIGITAL”,https://www.researchgate.net/profile/Pablo-Rivera-Vargas/publication/358107058_Pedagogias_Emergentes_en_la_Sociedad_Digital_V3_Retos_y_oportunidades_de_educar_en_pandemia/links/61f0607b5779d35951d473b5/Pedagogias-Emergentes-en-la-Sociedad-Digital-V3-Retos-y-oportunidades-de-educar-en-pandemia.pdf#page=95 , este texto, acuña el concepto de “Agencia Educativa”, Entendida la Agencia “ como el momento donde los individuos son de ejercer control sobre sus propias vidas y su respuesta frente a las situaciones que acorren; será un método para combatir la desigualdad y la injusticia social, es fomentar la creación de espacios y tiempos de pensamiento críticos donde el alumno es protagonista de su aprendizaje, propuestas de las que los profesionales de la pedagogía siempre han teorizado, pero el COVID mostro que nunca se aplicaron dichas teorías, es romper paradigmas a las tradicionales escuelas de pedagogía que solo demostraros ser dogmáticas y con poca acción y resultados sociales. En este texto se hace la reflexión sobre “para que la tecnología en educación”, entiendo la tecnología como todo avance o desarrollo de dispositivos que han mejorado la calidad de vida de la humanidad, pero hoy en un mundo potencialmente interconectado, en medio de la pandemia mostro que se incrementó la desigualdad social, que está llevando a la sociedad conectada a una sociedad automatizada, yo diría una sociedad colonizada y poco critica, este un tema a tener en cuenta, ya que no se trata de satanizar el uso de la tecnología, es entender desde las ciencias de la pedagogía como la potencializamos como una herramienta para el desarrollo y la igualdad social, lo que requiere que los docentes desarrollen competencias encaminadas hacia estas nuevas formas de enseñar, empezando con entender sobre cuáles son esas nuevas formas como nos estamos comunicando.
Con los anteriores antecedente debemos tomar este punto de inflexión provocado por el COVID 19 como una oportunidad para entender que la educación está en crisis, una oportunidad que nos permite pensar en lo que significa retornar a la NORMALIDAD, una preocupación mundial que algunos aprovecharan para hacer un transformación de las formas como se está enseñando, para hacer un llamado a las facultades de educación frente su responsabilidad en la formación de los profesionales de la pedagogía que el mundo moderno necesita , en el siguiente artículo del periódico el tiempo del 7 de julio del 2020, se presenta una recopilación de opiniones de estudiosos del problema de la educación post pandemia donde se preguntan si “¿Volveremos al aprendizaje pasivo tradicional frente a un tablero, o nos moveremos a un nuevo camino centrado en el bienestar de los estudiantes y en la reducción de las profundas desigualdades del aprendizaje global? ¿Qué camino tomarán los educadores en las escuelas, los padres de familia, los estudiantes, los gobiernos, la humanidad. etc?”, qué dejo como evidencia la pandemia en el sistema educativo mundial? qué papel jugaran los docentes en la implementación de estrategias y uso de herramientas tecnológicas las prácticas de aula? https://www.eltiempo.com/vida/asi-sera-la-educacion-despues-de-la-pandemia-del-coronavirus-segun-expertos-504178.
Un elemento fundamental provocado por el COVID 19 como ya lo he mencionado es que mostro al mundo la importancia de repensar los modelos educativos existentes, debido a la fragilidad que ellos muestran en territorios en estado de crisis, ya que este fenómeno sin precedentes en la historia de la humanidad solo fue un detonador, frente a los efectos de crisis provocadas por el conflicto armado, la pobreza y el cambio climático, crisis que en primera instancia siempre han afectado el sistema educativo, afectando a millones de niños y jóvenes de todo el mundo, no solo por la infinidad de niños y jóvenes que quedan en estado de vulnerabilidad, no solo por la perdida en muchos caos de sus redes de apoyo familiares, sino por ser privados de acceso a la educación que repercute en su futuro y por ende en la sociedad en general, agudizando más las brechas de pobreza de los territorios, por tanto es importante que este problema a partir de lo que nos mostró la pandemia, sea atendido en forma global como lo proponen organizaciones como la UNESCO, que plantea un programa donde “El acceso a las oportunidades de aprendizaje durante las crisis salve y preserve vidas. La UNESCO trabaja para garantizar que una educación de calidad, inclusiva y equitativa, siga siendo una prioridad en la respuesta humanitaria y la asistencia para la recuperación de los migrantes, los refugiados, los desplazados internos, los repatriados y las comunidades de acogida. Esta acción consiste en parte en reducir los riesgos de desastres en el sector educativo con el objetivo de preparar a las escuelas y a las autoridades educativas para hacer frente a los peligros que esto implica, mitigar sus repercusiones y reforzar la resiliencia de los sistemas educativos”.https://www.unesco.org/es/education/emergencies/need-know. La subdirectora General de Educación de la UNESCO Stefania Giannin planteó que: “Para ser francos, debemos reconocer que no estábamos preparados para una disrupción a semejante escala. Casi de la noche a la mañana, las escuelas y universidades de todo el mundo cerraron sus puertas, afectando a 1.570 millones de estudiantes en 191 países. Esta situación sin precedentes tiene consecuencias en cascada en las vidas de los estudiantes, tanto si están cursando estudios en el extranjero como en su propio país”.
En educación, la teoría jamás ha dado cuenta de los “ruidos” educativos, es decir, de las cuestiones que no se adaptan a esta estructura lógica, coherente y ordenada, sobre la que estamos acostumbrados, de tal modo que, para explicar la realidad del aula escolar hoy, se obvian realidades que no pueden ser atendidas o contempladas desde la perspectiva teórica creada, simplemente porque se escapan a su lógica, caso del fracaso escolar, de la violencia, de la indisciplina, del currículum oculto, etcétera, por lo tanto es gracias al COVID-19 y sus consecuencias en el sistema educativo, que nos ha permitido reconocer por fin hoy que la educación está en crisis, que no podemos seguir dogmatizando en teorías descontextualizadas, que debemos enfrentarnos a nuevos retos o romper paradigmas si queremos seguir viendo la educación como un verdadero elemento fundamental en el desarrollo y la construcción de tejido social de los territorios, para tal objetivo debemos hacer uso de herramientas emergentes desde las ciencias de la complejidad, entender que la INNOVACION en pedagogía debe ser desarrollada desde la interinterdiciplinaridad, o mejor aún desde la transiterdiciplinaridad, como lo expreso desde el año 2018 en un artículo denominado COMPLEJIDAD E INNOVACION, https://ingenieriaydidactica.blogspot.com/2018/09/complejidad-e-innovacion-educativa.html, es entender que el teletrabajo así como la educción virtual no nacieron con el COVID 19, sino que muchos se han negado al cambio sin reconocer que vivimos en un mundo extremadamente cambiante, o lo peor aún encapsularse en la zona de confort que les ofrece un sindicato como FECODE.
En educación superior el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO IESALC), el único instituto especializado del sistema de las Naciones Unidas , en el ámbito de la educación superior, en un informe que denominan COVID 19 y “educación superior: De los efectos inmediatos a un día después,” reza que después de hacer un recorrido por los efectos de la pandemia en las instituciones de educación superior (IES) están retadas a: “ 1.- Anticiparse a una suspensión de larga duración, centrando los esfuerzos en asegurar la continuidad formativa y garantizar la equidad, generando mecanismos de gobierno, monitoreo y apoyo eficientes; 2.- Diseñar medidas pedagógicas para evaluar formativamente y generar mecanismos de apoyo al aprendizaje de los estudiantes en desventaja; 3.- Documentar los cambios pedagógicos introducidos y sus impactos; 4.- Aprender de los errores y escalar la digitalización, la hibridación y el aprendizaje ubicuo; y 5.- Promover la reflexión interna sobre la renovación del modelo de enseñanza y aprendizaje”. http://www.iesalc.unesco.org/wp-content/uploads/2020/05/COVID-19-ES-130520.pdf.
Alrededor del anterior informe debemos insistir que uno de los retos más importantes que a tenido que enfrentar la educación superior radica en cómo aprovechar el potencial científico-técnico-innovativo para dinamizar el desarrollo económico, político y social de sus territorios, contribuyendo de manera activa en la producción y exportación de bienes y servicios de alto valor agregado, cosa que hoy más que nunca debe hacerse una condición de las IES, aquí vemos que la pandemia añade hoy un grado más de complejidad a la educación superior en América Latina y el Caribe, que viene de enfrentar retos no resueltos, como son la falta de calidad, la inequidad, el acceso y el financiamiento, que impacta en los distintos actores del sector.
El cierre de las universidades ha acelerado una entrada abrupta, como ha señalado la directora general de la UNESCO, «a una nueva era del aprendizaje». La exigencia de transformación digital casi inmediata de las IES no solo requiere la incorporación de tecnologías, sino que precisa además de la creación o modificación de procesos y de la disposición de las personas con las capacidades y habilidades adecuadas para desarrollar esos procesos y tecnologías, una reflexión frente a cuales deben ser las competencias que requiere un profesional de la pedagogía para enfrentar dichos retos.
Si es verdad que las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones (TIC)proveen a docentes y estudiantes de poderosas herramientas para enfrentar los retos de este nueva era del aprendizaje, también es muy cierto que no deben ser un elemento único que nos permita pensar que sin estas nuevas tecnologías no sea posible una educación de calidad, teniendo en cuenta que también es tecnología el buen uso del papel y el lápiz para superar estos retos, más aún en territorios donde la conectividad es un sueño a muy largo plazo para millones de estudiantes, el uso de tecnologías requiere conectividad y tiempo de adaptación, pero es aquí donde se debe pensar un equipo interdisciplinario fuerte con el objetivo de brindar tanto a docentes como a estudiantes las habilidades o competencias necesarias para aprender un sistema educativo dinámico, cambiante e interconectado con el mundo, rico en información, información que pueda ser adaptada al hacer, (pasar del decir al hacer un nuevo reto) en la solución efectiva de los problemas de cada individuo, es dar valor al desarrollo del pensamiento lógico desde la educación inicial en primera infancia, y romper el paradigma que la educación aumenta las brechas de pobreza entre los habitantes de un territorio.
Otra situación que nos deja en COVID 19 es que no es tal, ese falso imaginario que tenemos de los famosos nativos digitales, ya que se comprobó que un teléfono nunca será inteligente en manos de un analfabeto digital, si es verdad que uno de los grandes problemas de algunos territorios es la conectividad, también es cierto que un gran porcentaje de la población cuenta hoy día con un teléfono celular, pero cuando llego el momento de darles uso a estos dispositivos con propósitos educativos, gran parte de la humanidad tuvo que reconocen que estos dispositivos se habían convertido en prótesis del cuerpo de sus usuarios , personas que empezaron a depender totalmente de dichos aparatos, pero que desafortunadamente muy pocas veces se usan para fines educativos, solo eran elementos para el ocio, para el distanciamiento social, y hoy un nuevo problema que enfrenta el mundo, es un fenómeno que yo llamaría la nueva colonización, en el siguiente estudio re refleja dicho problemática http://portal.amelica.org/ameli/jatsRepo/427/4271799011/html/, Las tecnologías tienen muchas posibilidades y depende del uso que se les den, por lo que es necesario trabajar y formarnos para responder satisfactoriamente a nuestra labor educativa, como para ayudar a las familias a gestionar los usos problemáticos de las TIC en los jóvenes.
Es grande el reto que asumimos sí queremos seguir pregúntanos en una educación de calidad, hay mucho que decir y todo por hacer. Una pregunta que intentaré responder, importante para entender la importancia de estas pedagogías emergentes, es¿ por qué los niños y jóvenes no quieren ir a la escuela?