7/08/2010

EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS

EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS

José Manuel Castelblanco Arenas

Hacer una reflexión sobre las experiencias pedagógicas, debemos de hacerla partiendo de los puntos de referencia que orientan la dinámica y el desplazamiento de las experiencias en el mundo de las practicas educativas, planteadas por el profesor Jorge Enrique Ramírez en su artículo *notas acerca de la nación de experiencia pedagógica*, y en particular la referente a la que manifiesta “Los aprendizajes responden y son resultados de necesidades y demandas que provienen desde dentro de la experiencia y desde los sujetos que compromete. Desde la experiencia y sujetos en contexto. Las demandas y necesidades de aprendizaje no son impuestas por poderes y autoridades externas y menos por exigencias de organismos internacionales de crédito educativo. Las demandas y necesidades son construcciones complejas de diverso orden (Político, social, cultural.etc) que responde a dimensiones humanas y eco naturales del desarrollo. El contenido y el proceso educativo no se reducen a la oferta educativa, no es simplemente lo que el poder, el sistema, la escuela y el maestro dictaminan y creen lo que es correcto y útil enseñar y transmitir. El proceso de escolarización se centra en la enseñanza construida cultural y políticamente y desde aquí reordenar o descentrar la enseñanza, el proceso educativo se orienta y moviliza en función de la pregunta y no de la respuesta”.
Teniendo en cuenta los diferentes módulos desarrollados en la maestría, en donde se nos manifiesta sobre la crisis de conocimiento profesional pedagógico, es importante que los nuevos investigadores de la pedagogía, desarrollen modelos que permitan integrar las prácticas docentes a la teoría, acordes con una epistemología que tengas en cuenta la cultura, una cultura que de cuenta no solo del conocimiento, las practicas, los valores de sujeto, sino del proceso mismo en que tienen lugar las practicas pedagógicas, la necesidad, los intereses, los medios y las condiciones del mismo.
Aceptar la crisis significa, reconocer lo que significa tener conocimiento pedagógico o mejor saber pedagógico, entendido esto como “saberes pedagógicos apropiados por los educadores en su proceso de formación que supuestamente les brindan las herramientas conceptuales y técnicas para desempeñarse competentemente en el desarrollo de su practica profesional”). Esto significa tener la capacidad de aprender de la acción, de las practicas, para desarrollas competencias favorables a los cambios y así poder crear transformaciones permanentes a la resolución de problemas (Shon). Es en este punto en donde debemos de preguntarnos, por nuestras practicas o experiencias pedagógicas, si los aprendizajes responden y son resultados de necesidades propias de nuestro entorno.
Que las demandas y necesidades son construcciones complejas de diverso orden, significa que, la educación en los momentos actuales esta urgida de cambios, hay que reformar las formas de pensar y sus paradigmas, hay que cambiar las estructuras existentes no solo de pensamiento, sino de las practicas sin perder el sentido cultural, en criterios de Luz caballero “instruir puede cualquiera, educar, solo quien sea un evangelio vivido.
Reconocer las fronteras entre saber pedagógico, conocimiento pedagógico y Pensamiento complejo, significa; “pensamiento capaz de unir conceptos que se rechazan entre si y catalogados en comportamientos cerrados” por el pensamiento no complejo. No se trata de rechazar lo simple ser trata de verlo articulado con otros elementos que puedan desfinir al sujeto en su integridad.
Este pensamiento nos lleva hacia una inteligencia ciega es decir que cada vez tenemos más la necesidad de conocer en conjunto los procesos del mundo,
La educación no prepara para la vida, no esta en condiciones de desarrollar una cultura de la razón, una cultura del ser, es incapaz de vincular estrechamente el mundo de la vida, el mundo de la escuela y el mundo del trabajo, es imposible sin una reforma del pensamiento que se genere en el hombre un sujeto que piensa, que siente, conoce, valora, actúa y se comunica, con sentido cultural acorde con el territorio que ocupa.

PROBLEMA DE LA EDUCACION EN COLOMBIA

DIALOGO INTERCULTURAL
José Manuel Castelblanco arenas

Uno de los problemas fundamentales de la educación en Colombia es que se sigue con la idea obtusa de que su principal función es transmitir conocimientos, preguntas y respuestas correctas, más que asegurar la comprensión y aplicación o uso activo del conocimiento, ha crecido de modo desmedido una tendencia de los educadores a sobrevalorar el fenómeno del aprendizaje, y ello ha provocado una serie de problemáticas, tanto en la actualización de los recursos docentes, como en la metodología didáctica a implementar en las aulas escolares. El concepto de aprendizaje se genera desde la raíz del ideal educativo, lo obvio necesita ser reiterado: No puede haber educación sin aprendizaje. Aprendizaje es la condición necesaria, empero tal vez no suficiente, de todo proceso educativo, y esto es muy importante plantearlo desde la óptica que nos plantea Echeverri de establecer unas técnicas del lenguaje o de comunicación en donde los investigadores en pedagogía y los docentes compartas experiencias y por tanto conocimiento, en donde se tengas en cuenta no solo la historicidad de los fenómenos pedagógicos mundiales y locales sino la subjetividad de los docentes, subjetividad fundamentada en los saberes del educador, saberes no únicamente desde su disciplina como tal, sino desde los saberes pedagógicos que lo relacionan con el mundo, esto es lo que podríamos denominas como las funciones de las corrientes pedagógicas contemporáneas .
Las corrientes pedagógicas contemporáneas responden al reclamo social de una formación que les permita a los sujetos resolver problemas de diferente índole de forma autónoma, esto significa, poder enfrentar la búsqueda de soluciones, encontrar una respuesta y tener algún control sobre ésta, dado que en la mayoría de los casos, los problemas que se presentan implican encontrar respuestas nuevas a preguntas también nuevas. Por ejemplo, en la educación tradicional, las viejas soluciones responden de manera simplista o mecánica a las demandas sociales: a mayor número de solicitudes de ingreso de estudiantes, más instalaciones construidas y, por ende, más burocracia. Con esta lógica se sigue reproduciendo un modelo que ha mostrado su insuficiencia al concebir la enseñanza más para sí misma que para apoyar los requerimientos de formación de la sociedad, en lo general, y de cada una de las personas.
Podemos afirmar que la pedagogía aún no posee un territorio suficientemente diferenciado de las demás ciencias sociales y/o humanas, cuyo objeto es también el hombre cultural, aunque no puede excluir sus relaciones con el hombre natural.
El paradigma de la llamada “Escuela Nueva” fue un movimiento pedagógico heterogéneo iniciado a finales del siglo XIX. La escuela nueva, llamada también escuela activa, surge como una reacción a la escuela tradicional y a las relaciones sociales que imperaban en la época de ésta. Se constituye en una verdadera corriente pedagógica, en una propuesta educativa de nuevo perfil, quizás cuando al finalizar la primera guerra mundial, la educación fue nuevamente considerada esperanza de paz. Pese a que sus orígenes son más remotos, el movimiento encontró su mayor auge en tiempos bélicos, por lo que su ánimo renovador de la enseñanza es característico, además de fundamentar gran parte de sus planteamientos en la psicología del desarrollo infantil. Para algunos estudiosos llegó a ser como una revolución copernicana en la educación. De esta manera, la nueva educación tendría que ser capaz de formar a los individuos para la paz, la comprensión y la solidaridad.
El maestro será pues un auxiliar del libre y espontáneo desarrollo del niño. La autodisciplina es un elemento que se incorpora en esta nueva relación, el maestro cede el poder a sus alumnos para colocarlos en posición funcional de autogobierno que los lleve a comprender la necesidad de elaborar y observar reglas. La función del educador será descubrir las necesidades o el interés de sus alumnos y los objetos que son capaces de satisfacerlos. Los representantes de esta escuela están convencidos de que las experiencias de la vida cotidiana son más capaces de despertar el interés que las lecciones proporcionadas por los libros. Se trata de hacer penetrar la escuela plenamente en la vida; la naturaleza, la vida del mundo, los hombres, los acontecimientos serán los nuevos contenidos. En consecuencia, si hay un cambio en los contenidos, debe darse también un cambio en la forma de transmitirlos, así que se introdujeron una serie de actividades libres para desarrollar la imaginación, el espíritu de iniciativa, y la creatividad. No se trataba sólo de que el niño asimilara lo conocido sino que se iniciara en el proceso de conocer a través de la búsqueda, respetando su individualidad.
A pesar de que sus principales representantes mantenían diferencias sustantivas, tanto en sus concepciones sobre la educación, sobre el niño, sobre la naturaleza social de la institución escolar, como en el contexto político y sociológico en que se desarrollaron cada una de las escuelas pertenecientes al movimiento, existen correspondencias significativas entre ellos. Entre los representantes más destacados de esta nueva corriente pedagógica se encuentran: Rousseau, Pestalozzi, Tolstoi, Dewey, Montessori, Ferrieri, Cousinet, Freinet, Piaget. Claparede y Decroly (Palacios, 1999).