10/25/2010

Comunicación y Desarrollo Humano



José Manuel Castelblanco Arenas

En diferentes espacios académicos se plantea que la pedagogía esta en crisis, crisis promovida por la falta de políticas acordes con las necesidades de los jóvenes, y por la falta de compromiso de docentes que no han planteado nuevas e innovadoras alternativas a las nuevas generaciones, los jóvenes de hoy esperan acciones o modelos que los motiven a asumir un verdadero rol de estudiante comprometidos con la sociedad y su propio desarrollo, además que esta desmotivación a creado una brecha inmensa entre la función del maestro y el rol del alumno, por lo cual creemos muy pertinente que debemos de centrarnos en la pregunta planteado por Germán Franco Diez en su ensayo CULTURAR JUVENILES Y CONVIVENCIA DEMOCRATICA. Sobre ¿Cómo establecer con los jóvenes una relación pedagógica que no limite sus posibilidades creativas?
Primero que todo los adultos debemos de reconocer que el tiempo y los cambios generacionales han sido motivo de discusión a lo largo de la historia, cambios generacionales que por los mismos avances de la ciencia y la tecnología han planteado a los nuevos miembros de la sociedad los jóvenes, tener nuevas herramientas para ver el mundo, desde la aparición de la rueda, pasando por la imprenta, la radio y hasta hoy la internet han pasado muchas generaciones cada una con sus manifestaciones de rebeldía para los adultos, y el mundo sigue avanzando.
La reflexión que presentamos plantea la necesidad de pensar y re-pensar el lugar que ocupa y que debería ocupar la palabra en la escuela, en el aula, en la relación cotidiana del docente con sus alumnos para ayudar a nuestros jóvenes en la tarea de construirse y de apropiarse del mundo y de sí mismos.

La cultura del facilísimo y lo inmediato han desplazado al esfuerzo y a la dedicación, los medios de comunicación han vulgarizado nuestra lengua; la práctica de lectura en la escuela y en el hogar ha pasado de moda, las cartas sociales han sido reemplazadas por el correo electrónico, la palabra empeñada no condice con el desempeño de nuestros políticos. “Hablamos más que nunca y sin embargo decimos mucho menos” (George Steiner).

Nuestra sociedad está en crisis y la escuela no escapa a ella, estamos en tiempos de transformaciones profundas. La escuela, como institución educadora, debe promover que el alumno construya saberes a través de cinco competencias básicas: la metacognición entendida desde el aprender a aprender desde la propia experiencia cognitiva, la capacidad de abstracción que le permitirá analizar la realidad en diferentes situaciones, el pensamiento sistémico para poder apreciar y comprender el conjunto de realidades, el experimentar necesario para afianzar las capacidades anteriores y la capacidad de colaborar, utilizando un lenguaje apropiado, para comunicar conceptos abstractos y lograr consensos.

No debemos olvidar que los hombres, son seres lingüísticos, seres que viven en el lenguaje cuya característica principal su recursividad, es decir, su capacidad de volverse sobre sí mismo, es fundamental y única, es aquí, donde, como especie, nos diferenciamos de todas las demás.


La educación debería ser un medio para ayudar a los alumnos a desarrollar formas de utilización del lenguaje como una forma social de pensamiento, como vía para su desarrollo, La escuela debe dar lugar a contextos culturales promotores de pensamiento.

Un análisis de la importancia dada a la palabra actualmente en las escuelas nos revela que son escasas las instituciones que favorecen dichos contextos, por lo tanto, se hace necesario un cambio; la creación de un ámbito de aprendizaje en el cual el pensamiento reflexivo y el diálogo sincero y abierto desempeñen un papel clave.

Dejar aprender es un hacer que requiere humildad y silencio, no se trata de imponer autoritariamente significados sino ayudar a que surjan como resultado de la comprensión utilizando diálogos con los alumnos con la intención de mediar entre sus pensamientos y la comprensión y el perfeccionamiento de los mismos.

Actualmente, el discurso docente es el responsable en general de la mayoría de los enunciados ocupando además una posición de autoridad rara vez cuestionada.
“Silenciando voces”, sin reflexión crítica, dejando poco espacio para la expresión legítima de las ideas y pensamientos, difícilmente los alumnos llegan a adquirir la capacidad de aprender acerca del propio camino de conocimiento, de aprender a aprender desde la propia experiencia cognitiva, a ser, en definitiva, pensadores independientes.

Por otro lado, el lenguaje no es inocente, puede transformarse en “el más peligroso de los bienes” (F.García) pues, toda proposición, toda interpretación, abre y cierra determinadas posibilidades en la vida, habilita o inhibe determinados cursos de acción en la vida de los seres humanos. Como dice James V. Wertsch: “No hay palabras neutrales… el lenguaje está completamente atravesado por intenciones y acentos”. Es por eso que los educadores debemos prestar mucha atención a la hora de orientar nuestras clases, a la forma como nos dirigirnos a los estudiantes en nuestros intercambios.

Nos encontramos inmersos en un mundo donde la cultura de lo “fast” y lo “light” han desplazado el tiempo de reflexión: silencios promotores de reflexión, de pensamientos, creadores de ideas y poesías.

El aprendizaje se consolida en la reflexión, en la interacción con los otros por lo que es necesario también saber escuchar. ¿Cómo enseñar a escuchar si no cesamos de hablar, si nos apropiamos de las palabras, no dejamos que nos interrumpan o formulen preguntas, si no callamos par dar espacio a la reflexión?
Para escuchar debemos permitir que los otros hablen pero también debemos hacer preguntas auténticas, abiertas para el pensamiento divergente; aclaratorias, que permitan comprender los hechos; polémicas para enseñar a emitir juicios bien fundados y elaborar historias coherentes.


Una persona que no es capaz de ponerse a la escucha ha cancelado su potencial de formación y de trans-formación. Puesto que el docente media continuamente, es un puente, entre lo que el alumno trae y lo nuevo a incorporar como extractor de conocimiento y ordenamiento, debe estar dispuesto siempre a escuchar atentamente a sus alumnos, a sus planteamientos, preocupaciones, intereses e inquietudes para poder poseer un conocimiento minucioso de sus necesidades, de su estado motivacional, cognitivo y afectivo. Debe planificar, ordenar, analizar y reflexionar sobre las estrategias a implementar para preparar los intercambios entre los alumnos y el conocimiento de modo que se enriquezca y potencien los sistemas de significados compartidos que van elaborando los estudiantes.

Su discurso es sumamente importante ya que es el lenguaje utilizado para dar cuerpo a la vida social e intelectual de una comunidad, el propósito de la educación es conseguir que los estudiantes desarrollen nuevas formas de utilización del lenguaje para pensar y comunicarse que les permitan pasar a ser miembros activos de comunidades más amplias de discurso educado.

Para lograr ser agentes mediadores, necesitamos:

- Dar “la palabra” al alumno, invitarlo a plantearse y a plantearnos preguntas sabiendo que serán impredecibles, sin respuestas preestablecidas que nos harán trastabillar en repetidas ocasiones y pondrán en tela de juicio nuestros saberes.

- “callar” para dejar hablar y escuchar.

- Dejar “ser” enseñando a respetar las diferencias y singularidades de cada persona.

- Permitir que el conocimiento pueda circular como un bien valioso, pueda ser completado, mejorado a partir de las intervenciones de los alumnos.

- Crear ámbitos de aprendizaje en el cual el pensamiento reflexivo y el diálogo desempeñen un papel clave pues es justamente en estos intercambios, en estas conversaciones pedagógicas, exploratorias donde se promueve el desarrollo del pensamiento.

- Establecer con los alumnos una verdadera actitud de confianza dándoles así la posibilidad de desplegar sus potencialidades ayudándolos a realizar el pasaje del discurso cotidiano al discurso educado.

Es necesario que cada uno pueda ofrecer a las generaciones siguientes aquello que les permita asumir un compromiso con relación a su historia, es decir, a su manera de concebir su propia vida. Mediar entre generaciones significa crear la posibilidad de una memoria crítica que permita recibir el pasado para que otro futuro sea posible.

Bibliografía Consultada

-Arendt, Hannah (1989). Entre el pasado y el futuro. Madrid: Península.

-Barthes, Roland. (1994). De la ciencia a la literatura en El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura. Buenos Aires: Editorial Paidós.

-Echeverría, Rafael (1998). Ontología del Lenguaje. Chile: Dolmen Ediciones.

-Larrosa, Jorge. (1995. Escuela, Poder y Subjetivación. Madrid: La Piqueta
































Preguntas Planteadas por el grupo:


1. Que tanto influye la comunicación en los procesos de desarrollo humano?
2. Que factores internos y externos de la comunicación influyen en el desarrollo humano.
3. En este momento que estamos viviendo se puede hablar de comunicación en el aula?
4. Las universidades que ofrecen pregrados en educación, están realmente preparando a sus estudiantes para llevar a cabo procesos de comunicación en el aula?
5. Que tan importante es el desarrollo de los sentidos en un proceso comunicativo?
6. Que poder tiene la palabra, dentro de un proceso de comunicación?
7. Que papel juega la conversación dentro de un proceso comunicativo?
8. Cual es el propósito de un dialogo en una conversación?
9. Cual es la finalidad de la comunicación en un proceso educativo?
10. Que significa preparar a los estudiantes para que vivan en una cultura?
11. Si lo real es lenguaje, ¿qué relación hay entre narración, cultura y ciencia?
12. Desde el punto de vista del concepto de lenguaje expuesto por Pablo Fernández ¿Existe una distinción entre Cultura, sociedad, pensamiento y conocimiento?

8/25/2010

EL CURRÍCULO COMO RECONFIGURACIÓN DE LAS PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS


EL CURRÍCULO COMO RECONFIGURACIÓN DE LAS PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS

José Manuel Castelblanco Arenas

Romper paradigmas significa que debemos de repensar el proceso de enseñanza aprendizaje que se establece siempre en ámbitos de relación, entendido como circunstancia que sirve de unión, como conexión o contacto entre los elementos personales que configuran este proceso, (profesor/alumno), y entre estos y el resto de elementos de dichos procesos (contenidos, actividades, recurso, evaluación, etc.). el mundo moderno nos plantea que es necesario reflexionar sobre la importancia de la labor docente y estudiantil como agente de cambio, básicamente en actitud, en favor de los estudiantes, en saber orientar a sus necesidades para que ellos mismos con todas sus capacidades creativas innovadoras, investigativas, sociales, filosóficas e inspirativas generen sus propias ideas, (Garner, 1998:45), se vuelvan metacomplejos de su realidad y de su contexto, aprendan a actuar con conciencia y reconocer sobre lo que están aprendiendo en su interacción con el docente, el aula y su entorno social (Osicka, 2004:12) Esto significa más que una simple conversación, es capacidad de descubrir su propio ser (Bourdieu, 2001:13), su yo metacomplejo que quiere respuestas y no simple reproducción del conocimiento; donde nadie tiene el conocimiento, tan solo verdades relativas.

Para lo cual creemos que el concepto de currículo como elemento fundamental de las prácticas pedagógicas del siglo XIX y XX nos llevara a construir bases para dar respuesta a la pregunta ¿Cómo se está reconfigurando la relación docente-alumno con la información y el conocimiento?

Desde la pasada década de los noventa, pero con mayor énfasis desde 2005, la UNESCO señala que las sociedades del conocimiento para ser sociedades auténticas, entre otras acciones, deben generar, gestionar y utilizar los conocimientos como un componente estratégico para el crecimiento económico y el bienestar socio-cultural de una nación.

En este contexto, la educación en todos sus niveles y modos, sin dejar de ser un derecho fundamental para una ciudadanía activa, emerge como un espacio generador y movilizador de conocimientos, sea como parte de las inversiones destinadas al progreso socioeconómico de un país, sea como un recurso dinamizador para el desarrollo humano de su población.

Movilizar los conocimientos sean científicos, tecnológicos o tradicionales, facilita, promueve y pone a disposición un conjunto de competencias claves (individuales y colectivas) para sistematizar el capital intelectual y social de los niños, jóvenes y adultos de un país; asimismo, estos conocimientos movilizados permiten orientar los desarrollos científicos y tecnológicos al servicio de una sociedad inclusiva y plural.

En este sentido, llevar adelante reformas para una educación de calidad con equidad es una de las directrices de los cambios hacia sociedades del conocimiento auténticas centradas en el desarrollo humanístico, científico, tecnológico y artístico de las personas.

Por lo tanto, proponer y emprender políticas de reformas curriculares con la finalidad de que se posea una oferta educativa de calidad se convierte, no sólo en un propósito deseable para los estado sino, sobre todo, en un imperativo para la transformación socioeducativa de los países.

Teniendo en cuenta la profunda crisis de la pedagogía, es un reto para ésta disciplina el asumir el compromiso o responsabilidad social de romper paradigmas, y desde una mirada compleja, se requiere de que las diferentes entidades de educación en el mundo se planteen modelos curriculares que tengan por objetivo fundamental dar respuesta a las importantes demandas y desafíos educativos de un mundo global, diverso e interconectado, modelos competentes que forme, promueva y movilice al maestro como profesional crítico e innovador. En concreto, como un profesional del aprendizaje en y para la sociedad del conocimiento.

Esto significa como lo plantea el profesor Juan Carlos Orozco en su ensayo Educación superior de alta calidad para interactuar en la sociedad del conocimiento. “Necesitamos con urgencia inaplazable preparar nuestro contingente humano para esa sociedad del conocimiento en la cual estamos inmersos y a la cual seguiremos perteneciendo. En la medida en que nuestro talento humano este suficientemente preparado científica y técnicamente, con la formación humanista y con los valores que le permitan navegar con suficiencia en este mar de cientificidad, competitividad y tecnicismo se contara con profesionales que dispongan de criterios para hacer lo que deben hacer, para juzgar lo no convenirte para la comunidad, para asumir que el hombre es el motor y objeto del desarrollo y que todos nuestros esfuerzos deben estar encaminados hacia el mejoramiento y calidad de vida de hombres y mujeres, que todo lo que hagamos debe estar orientado hacia el bienestar de la comunidad y no de unos solos. Ello implica comprender y asumir en su diversas implicaciones tareas relacionadas con la radicación de la exclusión y la discriminación por distintos factores, con el derrumbamiento de los muros del silencio y la incomunicación, con la protección del medio ambiente y todas la formas de vida, con el respeto de la dignidad humana, el fomento del espíritu de tolerancia y el fortalecimiento de la cultura, de la paz y la convivencia ciudadana.

Si bien estamos planteando un escenario desde la responsabilidad de los profesionales de la pedagogía, en muy importante hablar de currículo haciendo un recorrido histórico sobre este término, Referente a la historia del currículo Thomas S. Popkewits nos habla de la educación como una planificación para las condiciones de las personas que cambian a las personas. Nos muestra que el currículum no es precisamente el resultado de un proceso evolutivo, sino que su construcción se dio a partir de ideas, circunstancias e ideologías que querían convertir al hombre en un mejor ser humano a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX específicamente en Europa y Norteamérica.

En la época de la modernidad la escuela quería ser emancipada, pero se encontraba con la situación de que quienes podían contribuir en este proceso eran personas que no contaban con cualidades y características del nuevo ciudadano. Inicialmente los movimientos de educación progresista eran parte de reformas protestantes en los cuales había una preocupación por el desorden moral que se percibía en la ciudad y por eso se creía que la educación del niño, garantizaría la redención de la sociedad. Luego se da trascendencia a la ciencia como parte de la solución a los problemas sociales, contribuyendo al cálculo y cambio de las condiciones de la vida social por una parte y por otra como forma de organizar y planificar la vida diaria. John Dewey afirmo que el maestro poseía la llave para el futuro de la sociedad al rehacer las condiciones internas del niño, desplegando el poder creativo de las ciencias en la vida diaria, pero por el contrario Thorndike expuso que lo que era natural e innato en el niño generaría una sociedad más humana y un orden más moral.

Posteriormente el currículum escolar tuvo que ceder a las normas y a los valores culturales de la familia para poder formar al ciudadano cuyas acciones futuras garantizaran el futuro de la república. Cooley (1909) concibió a la familia como un grupo primario en el que el niño aprende de la civilización por medio de la interacción cara a cara, incluye el concepto de comunidad como “un espíritu mas generalizado de la naturaleza humana”. Las teorías de la niñez, la familia y la comunidad contenían inscripciones para gobernar las vidas individuales, y para llevar a cabo responsabilidades que no solo estaban relacionadas al desarrollo y al crecimiento personal sino también a virtudes públicas estandarizadas.
Todo este bagaje nos muestra una tesis cultural de lo que el niño es y debe ser, intentando comparar de alguna manera su individualidad con respecto a lo que está dado en su cultura. Cada familia representa un modo de vida diferente que hace individuos con costumbres, valores y estilos de vida diferentes pero que al combinarse con otros pueden formar nuevas culturas. Decimos que los niños y los jóvenes son el futuro de nuestra nación porque son quienes tienen una conciencia más “real” o “actualizada” de los cambios de la sociedad y por eso pueden adaptarse fácilmente a estos y transformarlos. Se tiene la esperanza que estos puedan ser los líderes del mañana, pero realmente ¿están siendo formados para ser personas “especiales”, particulares, únicas o inigualables? Están preparados para aceptar al otro a pesar de su diferencia de raza, género, déficit o nivel socioeconómico? Son mejores personas por tener acceso a mayor información o conocimientos? Según los paradigmas planteados por la modernidad en torno a la libertad de pensamiento y ahora en la globalización con la libertad de mercados y comunicación a nivel mundial, se están construyendo individuos que puedan pensar libremente? O más bien personas que tienen libertad de expresión?

Mediante la construcción curricular las instituciones plasman su concepción de educación. De esta manera, el currículo permite la previsión de las cosas que hemos de hacer para posibilitar la formación de los educandos. El concepto currículo o currículum en la actualidad ya no se refiere sólo a la estructura formal de los planes y programas de estudio; sino a todo aquello que está en juego tanto en el aula como en la escuela. Por esto mismo el currículum esta posicionado en un escenario complejo debido a que se enfrenta a diferentes obstáculos para su formulación e implementación que nos describe más detenidamente Lisandro Laura. Los docentes se convierten en personas que deber ejecutar ciertas funciones y se pierde su esencia misma que es la de formar personas en los principios de la libertad y la responsabilidad por su entorno como la construcción de un estado nación, todo este conjunto de elementos constituyen lo que se denomina el espectro del currículo.

Philip Jackson, hace referencia a la vida en las aulas como un paso obligado durante el cual el niño emprende un recorrido que lo enfrentará a las complejidades de la vida en sociedad (como ciudadano), las relaciones de poder y las constantes evaluaciones a las que será sometido en su vida futura, basado esto en lo que nos dice Braunstein en donde “las experiencias y competencias de las que se apropie el individuo formarán en este sujeto su propia singularidad: conformarán la estructura que lo regulará en su hacer y pensar….en lo permitido y lo prohibido”. Para incentivar a los alumnos a continuar su camino (currículum) en el paso por la educación formal, es imperioso el propender a que estos encuentren deleite dentro de las aulas y de las propias actividades del aprendizaje (Jackson, 1968). Aspecto que ha sido truncado por el modelo neoliberalista que solo quiere mostrar resultados a través de la cobertura que les permite inflar estadísticas de producción.

Lisandro Laura nos dice que la masividad de estudiantes, la evaluación del sistema, de los docentes y el poder asumido en las políticas sociales en el ámbito educativo se entretejen para formar el currículum oculto, un currículum que todos debemos dominar para desenvolvernos satisfactoriamente. Surge entonces la inquietud de ¿por que el currículum no puede jugar con las posibilidades reales del docente y las singularidades de los sujetos que se están formando, propendiendo por las satisfacción de los actores en el proceso? ¿Quiénes entonces deberían estar involucrados en el desarrollo de este currículum y darle sustento?¿Cuál debe ser el papel del docente?

Reflexionando acerca de esto pensamos que es importante que haya mayor participación de los docentes y aún de estudiantes en la toma de decisiones de políticas y programas acordes a las necesidades del sistema educativo. Si quienes formulan las políticas solo tienen intereses de posicionamiento y reconocimiento, se está dejando de lado el verdadero sentido de la educación que es formar sujetos para ser mejores personas.

Generalmente el currículum del docente se ve limitado por las posibilidades y recursos que posee, no solo en términos académicos sino reales en tiempo. Un ejemplo de esto es que actualmente se han restringido las jornadas escolares, y esto hace a su vez que se limite el horario por cada asignatura y si a eso se le suma que en cada grupo de estudiantes se atiende aproximadamente a 50 personas, la calidad de la educación y el currículum que se quiere implementar no muestra los resultados más satisfactorios y si bien es cierto: todo lo que acontezca en la vida de las aulas marcará para bien o mal, a quien transite por ellas (estudiantes y profesores).

La estrategia con la cual se aborda la labor docente debe ser reformulada, pero esto quiere decir que ¿se debe propender por la homogeneización? ¿Será imposible trabajar de forma más personalizada dando cabida a algo de singularidad de los sujetos? ¿Es acaso la educación solo una herramienta de poder? ¿Dónde queda la búsqueda del bien común?.
Lo anterior nos muestra que en el campo de la teoría curricular, la construcción de los modelos es diversa, de tal manera que no hay una estrategia única y completamente válida. Sin embargo, existen dos fundamentos básicos que deben orientarlas:
1.-Un análisis del contexto social y educativo que lleve a la detección de necesidades en la formación.
2.- Una fundamentación científica que guiará la estructuración de los planes de estudio y las estrategias de enseñanza.

Para lo cual es de mucha relevancia tener en cuenta las siguientes caracterizaciones que guiaran el desarrollo de una propuesta curricular:

. Caracterización Social

La caracterización social hace referencia al análisis de las distintas implicaciones políticas, económicas y estructurales que influyen en la educación, por lo cual es indispensable que el currículum promueva en los estudiantes una formación que les ayude a solucionar problemas críticos y cotidianos, lo que a su vez implica una formación crítica y humanista. El modelo para la formación de profesionales de la educación básica considera que: Dado que la Sociedad del Conocimiento se construye sobre dos pilares fundamentales (la triada investigación, desarrollo e innovación y enseñanza), es necesario formar profesionales de la educación que, desde sus campos de acción, puedan generar y difundir conocimientos y propuestas que contribuyan con la solución de diversos problemas sociales relevantes desde el campo de la educación. Esto se refuerza si se considera que en la Sociedad del Conocimiento las Instituciones de Educación Superior juegan un papel fundamental.

Ello implica mirar lo educativo con base a una aproximación al paradigma, aun no consolidado, de la complejidad y avanzar en la comprensión de cómo, entre otros aspectos, “profesores y estudiantes dotan de significado a sus vidas a través de las complejas formas históricas, culturales y políticas que unos y otros encarnan y a la vez producen” (Giraux, H. p 155)

Y dentro de esta dimensión es importante destacar que se debe concebir el currículo en términos de un contrato flexible y cambiante que suscriben las diferentes organizaciones involucradas (la comunidad académica, los docentes, los padres de familia, y las organizaciones juveniles y estudiantiles), a partir de la negociación periódica de intereses y sentidos.

. Caracterización Epistemológica

La caracterización epistemológica implica considerar cómo se construye el conocimiento en torno a dos aspectos; por una parte los sintácticos y semánticos en la construcción del conocimiento y, por otra, los procesos a través de los cuales los alumnos lo construyen (Díaz Barriga, 2003). En América latica en los últimos años se han implementado modelo con las aportaciones de la psicología del aprendizaje, concretamente las del constructivismo sociocultural, en el cual se considera que los seres humanos construyen su propio conocimiento a partir de su interacción con el mundo y con otros sujetos, es decir, de manera contextualizada y en el marco de un proceso de reflexión, en donde es muy importante tener en cuenta la cognición distribuida, dado que en ésta se concibe que el conocimiento se construye en contextos sociales, a través de esfuerzos colaborativos hacia objetivos compartidos, o mediante diálogos y retos planteados por diferencias en las perspectivas de las personas, de otra parte el pensamiento crítico, creativo e innovador, que posibilita al estudiante reflexionar y utilizar el conocimiento ya existente para producir nuevos conocimientos y generar propuestas que den respuesta a necesidades educativas relevantes.

. Caracterización Psico-educativa y Didáctica

Como fundamento psicopedagógico los elementos fundamentales que se deben de relacionan entre sí al momento de plantear modelos curriculares son:

.- El enfoque por competencias entendidas éstas como la movilización de saberes, experiencias y habilidades que el sujeto realiza para resolver situaciones problemáticas en distintos ámbitos de su vivir. De acuerdo con Díaz Barriga (2009), este enfoque abre un viejo debate educativo referente a la no memorización y al enciclopedismo.

.- La didáctica desde los postulados de la Escuela Nueva, que plantea el papel activo del estudiante en el proceso de enseñanza, así como la necesaria vinculación de la escuela con la vida.

La educación debe de enseña a aprender, a trascender, a comparar, y analizar, a definir qué hacer con los conocimientos, a incentivar a transformarlos y a aplicarlos en la solución de nuestros problemas

.- El aprendizaje situado, que se vincula con el paradigma de la cognición situada y recupera las teorías de la actividad sociocultural (Vigotski, Leontiev, Luria). Esta teoría enfatiza que “el conocimiento es situado, es parte y producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se desarrolla y utiliza” (Díaz-Barriga Arceo, 2003, p. 2, 2005), lo que significa que la adquisición del conocimiento sólo cobra significado en función de algún tipo de actividad social.

Estos fundamentos deben de concluir en que la labor docente se debe de direccionar a:

1- el reconocimiento del docente como profesional del aprendizaje, es decir, como actores creativos con una sólida formación teórico-práctica que les permite reflexionar, analizar, crear y poner en práctica estrategias para proponer formas agradables de aprender, acordes con las necesidades de sus alumnos y de los recursos de los cuales dispone. (Meirieu, 1992).
2. El docente aprende a enseñar construye su conocimiento en el contexto mismo que éste se origina y aplica, es decir, tiene un carácter situado (Aprendizaje situado), por lo cual el uso de estrategias como el método de proyectos, el aprendizaje basado en casos, en problemas y el aprendizaje basado en el servicio, son las más pertinentes.
3.- El docente enseña a aprender en el marco de lo colectivo; entre individuos, grupos y ambientes simbólicos y físicos, es decir su conocimiento se encuentra distribuido, de aquí la importancia de construir comunidades o redes de aprendizaje.

. Caracterización Técnica

La flexibilidad curricular es un término polisémico, sin embargo, de acuerdo con Álvarez (2007), puede ser asociada con distintos elementos, de tal manera que es posible hablar de una flexibilidad en los contenidos (actualización constante con respecto a los avances científicos, tecnológicos y culturales, así como con las características de los estudiantes), flexibilidad en el avance (permite al alumno cursar asignaturas en función del tiempo con el que dispone) o flexibilidad por área de formación (dedicar o elegir más créditos de acuerdo con un área de interés).

Por su parte, Díaz Barriga señala tres modos de flexibilización: total, mediana regulada y baja o tradicional. Este esquema de flexibilización abarca desde un plan de estudios con materias abiertas a toda la institución o a todas las áreas comunes de una disciplina, hasta aquel plan de estudios que considera solamente unas cuantas materias optativas.

Podemos considerar modelos curriculares flexibles a partir de la implementación o uso de las herramientas que nos brindan las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (NTIC) A partir de lo anterior, como parte de la flexibilidad curricular, se establecen una serie de opciones a elegir por los estudiantes:
.- Intercambio y movilidad académica intrainstitucional (entre las Escuelas Normales del país) e interinstitucional (local, nacional o internacional) como parte de la formación profesional y posterior a ella. Esto requiere que se realicen convenios con otros Institutos de Investigación.

.- Optar por estudios de posgrado (especialidad, maestría y doctorado) dentro y fuera del país, a través de sistemas y programas de becas nacionales.

.- Diversificación de las opciones de titulación, con lo cual se reconocen y valoran otros aspectos del conocimiento y/o aprendizaje del estudiante en la Escuela.

Asimismo, se establece la necesidad de contar con un sistema de tutorías en el cual éstas sean de carácter continuo, que cumplan con dos funciones. Por una parte que ayude directamente al estudiante a utilizar diversas estrategias de aprendizaje a partir del desarrollo de habilidades cognitivas y, por la otra, que le acompañe en la planeación y supervisión de sus prácticas, base de su desempeño profesional.

De otra parte debemos de considerar las ventajas que nos brinda la implementación o desarrollo de un plan curricular flexible:

..- Nos permite determinar la infraestructura necesaria para el uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación, bajo un esquema de desarrollo de competencias que considere tanto las necesidades de formación profesional del docente, como los desafíos que implica el uso pedagógico y educativo de las tecnologías en la práctica.

.- Un sistema institucional de evaluación permanente e integral que posibilite la retroalimentación necesaria para ajustar o adecuar los planes y programas de estudio y el modelo curricular que los sustenta.

.- La conformación de instancias o cuerpos colegiados que faciliten los procesos de instrumentación, seguimiento y evaluación tanto del modelo como de los planes de estudio.

.- Incorporación de equipos técnicos de apoyo psicopedagógico para orientar y apoyar de forma permanente el trabajo de los profesores de las Escuelas a lo largo de su trayectoria docente.

.- El apoyo a mecanismos de vinculación interinstitucional con el fin de estimular los programas de intercambio de experiencias educativas y/o laborales entre alumnos y profesores.

Teniendo en cuenta que en este siglo XXI, será el siglo de la educación en las Sociedades del Conocimiento. Uno de los referentes en la conceptualización de la educación y los procesos de aprendizajes para hacer frente a los desafíos de las sociedades del siglo XXI es el Informe UNESCO dirigido por J. Delors la Educación encierra un Tesoro (1996).

En éste se plantean cuatro aprendizajes fundamentales: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser, los cuales ofician como pilares pero, a su vez, representan las nuevas necesidades del proceso educativo que habría que atender desde una educación innovadora, reflexiva y significativa inherente a las exigencias de un entorno cambiante y complejo caracterizado por sociedades que fundamentan su desarrollo socioeconómico en la emergencia de regímenes de información (Castells, 1999).

La Sociedad de la Información una de las consecuencias de la revolución en las nuevas tecnologías de la comunicación (Castells, 1999) habilita el acceso a fuentes importantes de información con potencial de convertirse mediante el uso de capacidades cognitivas en instrumentos de generación de conocimientos.

Las sociedades del conocimiento promueven las condiciones para crear y potenciar las capacidades socio-cognitivas inherentes a identificar, producir, tratar, transformar, difundir y utilizar la información críticamente, de modo de crear y aplicar los conocimientos necesarios para el desarrollo de una sociedad que propicia la autonomía y engloba las nociones de pluralidad, integración, solidaridad y participación (UNESCO, 2005).

España en su Ley Orgánica de Educación (2006) propone las siguientes competencias básicas: Competencias de comunicación lingüística, Competencia en matemáticas, Conocimiento e interacción con el mundo físico, Tratamiento de la información y competencia digital, Competencia social y ciudadana, Competencia cultural y artística (Ministerio de Educación de España, 2006).

Otras de las exigencias propias de los entornos actuales se relacionan con el desarrollo de competencias individuales como la búsqueda de información, el razonamiento, el pensamiento crítico y científico, la reflexión sobre el propio aprendizaje y pensamiento así como el aprendizaje para la vida.

En este contexto, organizaciones como la OCDE ha propuesto la relevancia de competencias claves para las personas en las sociedades del conocimiento: el uso interactivo de herramientas de lenguaje y tecnologías; la interacción, cooperación y solución de problemas en grupos heterogéneos; y la actuación y conducción individual con autonomía (OCDE, 2005). Por su parte, la Unión Europea propone ocho competencias claves: Comunicación en la lengua materna, Comunicación en un idioma extranjero, Matemáticas, ciencias y tecnología, Habilidades en TIC, Aprender a aprender, Competencias interpersonales y cívicas, Aprender a emprender y conocimiento cultural.

Sin embargo, satisfacer las demandas y necesidades de las sociedades del conocimiento implica una integración entre los sistemas educativos, las políticas de desarrollo humano, los procesos de desarrollo socioeconómico y la competitividad de los países.

Este modulo nos ha permitido desarrollar este tema de currículo como un primer paso a responder la pregunta planteada de ¿Cómo se está reconfigurando la relación docente-alumno con la información y el conocimiento?

En donde a modo de conclusión podrimos decir que si uno de los aportes estratégicos de los sistemas educativos es desarrollar competencias y capacidades en los niños y jóvenes para toda la vida, esto implica, llevar a cabo profundos cambios en las estructuras de enseñanza y los estilos de aprendizajes. Asimismo, adquiere una renovada relevancia la formación profesional de los docentes formados y entrenados con las nuevas visiones del aprendizaje.

Los docentes deberán ser mediadores y facilitadores del proceso de aprendizaje en las sociedades del conocimiento, requiriendo éste convertirse en un profesional de los aprendizajes con una menta abierta a los cambios y con un pensamiento complejo fundamentados en la teoría de sistemas de Niklas Luhmann en donde no pretenda la exclusividad ni reclamar para sí mismo la verdad absoluta.

Las actuales reformas curriculares de los principales países se plantean y plasman en esta dirección, en particular, dirigir y consolidar los cambios educativos para tener mejores desempeños de aprendizajes basados en competencias transversales y profesionales que habiliten a los niños y jóvenes para una vida participativa y plena, plural y democrática y que permitan:

.-Utilizar el conocimiento como insumo básico para el desarrollo y el cambio social

.-Sistematizar el capital intelectual y las habilidades de las personas altamente capacitadas

.- Ofrecer los desarrollos científicos y tecnológicos al servicio de la sociedad

.- Dotar al país en su conjunto de capacidad de respuesta eficiente para la solución de problemas de relevancia social

.- Considerar la educación como un elemento fundamental de formación permanente y para toda la vida

.- Promover la apropiación social del conocimiento

.- Usar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) como apoyo para el aprendizaje

Bibliografía:

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.- Burbano, G. (1999). La educación superior en la segunda mitad del siglo XX. Los alcances del cambio en América Latina y el Caribe. Universidad siglo XXI, N° 21. Septiembre-diciembre 1999
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.-Castells, M. (1999). La Era de la Información: Economía, Sociedad y Cultura. Vol I: La sociedad Red. México: Siglo Veintiuno Editores.

.-Gimeno Sacristán (comp.) (2008) Educar por competencias ¿qué hay de nuevo? Madrid: Morata.

.-Pérez Gómez, A. (2008) ¿Competencias o pensamiento práctico? La construcción de los significados de representación y de acción. En J. Gimeno Sacristán (comp.) Educar por competencias ¿qué hay de nuevo? Madrid: Morata.

.-Perkins, D. (1997) La escuela inteligente: del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Barcelona, Gedisa.

Perrenoud, Ph. (1997). Construir competencias desde la escuela. Santiago de Chile: Dolmen Ediciones.

7/08/2010

EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS

EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS

José Manuel Castelblanco Arenas

Hacer una reflexión sobre las experiencias pedagógicas, debemos de hacerla partiendo de los puntos de referencia que orientan la dinámica y el desplazamiento de las experiencias en el mundo de las practicas educativas, planteadas por el profesor Jorge Enrique Ramírez en su artículo *notas acerca de la nación de experiencia pedagógica*, y en particular la referente a la que manifiesta “Los aprendizajes responden y son resultados de necesidades y demandas que provienen desde dentro de la experiencia y desde los sujetos que compromete. Desde la experiencia y sujetos en contexto. Las demandas y necesidades de aprendizaje no son impuestas por poderes y autoridades externas y menos por exigencias de organismos internacionales de crédito educativo. Las demandas y necesidades son construcciones complejas de diverso orden (Político, social, cultural.etc) que responde a dimensiones humanas y eco naturales del desarrollo. El contenido y el proceso educativo no se reducen a la oferta educativa, no es simplemente lo que el poder, el sistema, la escuela y el maestro dictaminan y creen lo que es correcto y útil enseñar y transmitir. El proceso de escolarización se centra en la enseñanza construida cultural y políticamente y desde aquí reordenar o descentrar la enseñanza, el proceso educativo se orienta y moviliza en función de la pregunta y no de la respuesta”.
Teniendo en cuenta los diferentes módulos desarrollados en la maestría, en donde se nos manifiesta sobre la crisis de conocimiento profesional pedagógico, es importante que los nuevos investigadores de la pedagogía, desarrollen modelos que permitan integrar las prácticas docentes a la teoría, acordes con una epistemología que tengas en cuenta la cultura, una cultura que de cuenta no solo del conocimiento, las practicas, los valores de sujeto, sino del proceso mismo en que tienen lugar las practicas pedagógicas, la necesidad, los intereses, los medios y las condiciones del mismo.
Aceptar la crisis significa, reconocer lo que significa tener conocimiento pedagógico o mejor saber pedagógico, entendido esto como “saberes pedagógicos apropiados por los educadores en su proceso de formación que supuestamente les brindan las herramientas conceptuales y técnicas para desempeñarse competentemente en el desarrollo de su practica profesional”). Esto significa tener la capacidad de aprender de la acción, de las practicas, para desarrollas competencias favorables a los cambios y así poder crear transformaciones permanentes a la resolución de problemas (Shon). Es en este punto en donde debemos de preguntarnos, por nuestras practicas o experiencias pedagógicas, si los aprendizajes responden y son resultados de necesidades propias de nuestro entorno.
Que las demandas y necesidades son construcciones complejas de diverso orden, significa que, la educación en los momentos actuales esta urgida de cambios, hay que reformar las formas de pensar y sus paradigmas, hay que cambiar las estructuras existentes no solo de pensamiento, sino de las practicas sin perder el sentido cultural, en criterios de Luz caballero “instruir puede cualquiera, educar, solo quien sea un evangelio vivido.
Reconocer las fronteras entre saber pedagógico, conocimiento pedagógico y Pensamiento complejo, significa; “pensamiento capaz de unir conceptos que se rechazan entre si y catalogados en comportamientos cerrados” por el pensamiento no complejo. No se trata de rechazar lo simple ser trata de verlo articulado con otros elementos que puedan desfinir al sujeto en su integridad.
Este pensamiento nos lleva hacia una inteligencia ciega es decir que cada vez tenemos más la necesidad de conocer en conjunto los procesos del mundo,
La educación no prepara para la vida, no esta en condiciones de desarrollar una cultura de la razón, una cultura del ser, es incapaz de vincular estrechamente el mundo de la vida, el mundo de la escuela y el mundo del trabajo, es imposible sin una reforma del pensamiento que se genere en el hombre un sujeto que piensa, que siente, conoce, valora, actúa y se comunica, con sentido cultural acorde con el territorio que ocupa.

PROBLEMA DE LA EDUCACION EN COLOMBIA

DIALOGO INTERCULTURAL
José Manuel Castelblanco arenas

Uno de los problemas fundamentales de la educación en Colombia es que se sigue con la idea obtusa de que su principal función es transmitir conocimientos, preguntas y respuestas correctas, más que asegurar la comprensión y aplicación o uso activo del conocimiento, ha crecido de modo desmedido una tendencia de los educadores a sobrevalorar el fenómeno del aprendizaje, y ello ha provocado una serie de problemáticas, tanto en la actualización de los recursos docentes, como en la metodología didáctica a implementar en las aulas escolares. El concepto de aprendizaje se genera desde la raíz del ideal educativo, lo obvio necesita ser reiterado: No puede haber educación sin aprendizaje. Aprendizaje es la condición necesaria, empero tal vez no suficiente, de todo proceso educativo, y esto es muy importante plantearlo desde la óptica que nos plantea Echeverri de establecer unas técnicas del lenguaje o de comunicación en donde los investigadores en pedagogía y los docentes compartas experiencias y por tanto conocimiento, en donde se tengas en cuenta no solo la historicidad de los fenómenos pedagógicos mundiales y locales sino la subjetividad de los docentes, subjetividad fundamentada en los saberes del educador, saberes no únicamente desde su disciplina como tal, sino desde los saberes pedagógicos que lo relacionan con el mundo, esto es lo que podríamos denominas como las funciones de las corrientes pedagógicas contemporáneas .
Las corrientes pedagógicas contemporáneas responden al reclamo social de una formación que les permita a los sujetos resolver problemas de diferente índole de forma autónoma, esto significa, poder enfrentar la búsqueda de soluciones, encontrar una respuesta y tener algún control sobre ésta, dado que en la mayoría de los casos, los problemas que se presentan implican encontrar respuestas nuevas a preguntas también nuevas. Por ejemplo, en la educación tradicional, las viejas soluciones responden de manera simplista o mecánica a las demandas sociales: a mayor número de solicitudes de ingreso de estudiantes, más instalaciones construidas y, por ende, más burocracia. Con esta lógica se sigue reproduciendo un modelo que ha mostrado su insuficiencia al concebir la enseñanza más para sí misma que para apoyar los requerimientos de formación de la sociedad, en lo general, y de cada una de las personas.
Podemos afirmar que la pedagogía aún no posee un territorio suficientemente diferenciado de las demás ciencias sociales y/o humanas, cuyo objeto es también el hombre cultural, aunque no puede excluir sus relaciones con el hombre natural.
El paradigma de la llamada “Escuela Nueva” fue un movimiento pedagógico heterogéneo iniciado a finales del siglo XIX. La escuela nueva, llamada también escuela activa, surge como una reacción a la escuela tradicional y a las relaciones sociales que imperaban en la época de ésta. Se constituye en una verdadera corriente pedagógica, en una propuesta educativa de nuevo perfil, quizás cuando al finalizar la primera guerra mundial, la educación fue nuevamente considerada esperanza de paz. Pese a que sus orígenes son más remotos, el movimiento encontró su mayor auge en tiempos bélicos, por lo que su ánimo renovador de la enseñanza es característico, además de fundamentar gran parte de sus planteamientos en la psicología del desarrollo infantil. Para algunos estudiosos llegó a ser como una revolución copernicana en la educación. De esta manera, la nueva educación tendría que ser capaz de formar a los individuos para la paz, la comprensión y la solidaridad.
El maestro será pues un auxiliar del libre y espontáneo desarrollo del niño. La autodisciplina es un elemento que se incorpora en esta nueva relación, el maestro cede el poder a sus alumnos para colocarlos en posición funcional de autogobierno que los lleve a comprender la necesidad de elaborar y observar reglas. La función del educador será descubrir las necesidades o el interés de sus alumnos y los objetos que son capaces de satisfacerlos. Los representantes de esta escuela están convencidos de que las experiencias de la vida cotidiana son más capaces de despertar el interés que las lecciones proporcionadas por los libros. Se trata de hacer penetrar la escuela plenamente en la vida; la naturaleza, la vida del mundo, los hombres, los acontecimientos serán los nuevos contenidos. En consecuencia, si hay un cambio en los contenidos, debe darse también un cambio en la forma de transmitirlos, así que se introdujeron una serie de actividades libres para desarrollar la imaginación, el espíritu de iniciativa, y la creatividad. No se trataba sólo de que el niño asimilara lo conocido sino que se iniciara en el proceso de conocer a través de la búsqueda, respetando su individualidad.
A pesar de que sus principales representantes mantenían diferencias sustantivas, tanto en sus concepciones sobre la educación, sobre el niño, sobre la naturaleza social de la institución escolar, como en el contexto político y sociológico en que se desarrollaron cada una de las escuelas pertenecientes al movimiento, existen correspondencias significativas entre ellos. Entre los representantes más destacados de esta nueva corriente pedagógica se encuentran: Rousseau, Pestalozzi, Tolstoi, Dewey, Montessori, Ferrieri, Cousinet, Freinet, Piaget. Claparede y Decroly (Palacios, 1999).

6/01/2010

EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD EN LA PEDAGOGÍA

Es necesario señalar y detenernos sobre los cambios de "paradigma" que están atravesando a nuestra sociedad en la manera de concebir el mundo (en el sentido de espacio de interacción de la vida en un plano natural, como así también en un sentido de cosmovisión, del hombre en relación a lo trascendente, y teleológico) y que se han dado a lo largo del el siglo XX, manifestándose concluyentemente hacia el comienzo del siglo XXI. El sentido que le damos al término paradigma, es el de consenso social y científico de los conceptos del mundo y de las prácticas sociales; esto involucra al modo de hacer ciencia, al modo de enseñar y de aprender para el desempeño social, para vivir (adaptadamente) en un contexto determinado.
Al paradigma de la simplicidad lo ubico históricamente en la modernidad. Surge como respuesta a cambios que los hombres de occidente producen en diversos órdenes, tanto en sus relaciones de producción, como en relación a la posesión de los bienes y su relación con el poder; es decir, su organización social, política, y económica. A estos elementos los integró un sistema de ideas de orden filosófico, redefiniendo también el sentido científico.
Comienza de esta manera la ciencia positiva experimental, cuyo método será el de la física, y el del análisis matemático. Las ideas claras y distintas, presentadas por Descartes, encarnan el paradigma de la simplicidad, son los objetos a lograr en la construcción de la nueva ciencia. Desde el punto de vista del conocimiento se deja de lado la concepción realista aristotélica, dando paso al Idealismo que se desarrolla en Alemania y al Empirismo que se desarrolla en Inglaterra.

Al paradigma de la simplicidad se lo puede caracterizar como racionalista (la razón es omnipotente y nada existe fuera de ella), universalista, (aplicable en todas las ciencias y en todos los casos), objetivista (se deja del lado el subjetivismo), puede ser aplicado en todos los casos del mismo modo, manteniendo su objetividad independientemente de quien investigue, puesto que no se considera posible la posición subjetiva (no científica) del investigador. Es cuantitativo y disociativo (tiende a separar las cosas para analizarlas).

A principios del siglo XX, se produce una ruptura en la concepción monolítica del paradigma positivista. La física, entendida como el modelo a seguir para la construcción de las ciencias dado su orden cósmico representado por sus respuestas a leyes universales, comienza a detectar que ni la microfísica ni la microfísica se encuadran en estos comportamientos. Entran en crisis los sustentos que dieron pie a la ciencia positiva, y a su concepción de la realidad mecanicista y monosémica (entendida de un solo sentido).
La nueva ciencia concibe al universo como complejo y caótico.
El paradigma de la complejidad es en gran medida diferente sin ser lo contrario. Siguiendo a Morin:
El mérito de la complejidad es el de denunciar la metafísica del orden. Como lo dijera muy bien Waitehead, detrás de la idea de orden hay dos cosas: la idea mágica de Pitágoras de que los números son la realidad última, y la idea religiosa todavía presente, tanto en Descartes como en Newton, de que el entendimiento divino es el fundamento del orden del mundo. Ahora bien, cuando uno ha retirado el entendimiento divino y la magia de los números, ¿qué queda?, ¿las leyes? ¿una mecánica cósmica autosuficiente? ¿Es la realidad verdadera? ¿Es la naturaleza verdadera? A esa visión débil, yo opongo la idea de la complejidad.
Dentro de este marco, yo diría que acepto plenamente relativizar la complejidad. Por una parte, ella integra a la simplicidad y por otra parte se abre sobre lo inconcebible. Estoy totalmente de acuerdo con esas condiciones para aceptar la complejidad como principio de pensamiento que considera al mundo, y no como principio revelador de la esencia del mundo. (Morir 1994, 2000: 146)
Podemos decir que el paradigma de la complejidad es inclusivo (asume la incertidumbre de no poder conocerlo todo), es incompleto (nunca se acaba), articulatorio (integra diferentes campos de conocimiento), integra al sujeto y al objeto, es interdisciplinario, utiliza la totalidad de las potencias humanas, y es dialógico (relaciona términos contrarios).
Pero la diferencia más importante es que el paradigma de la complejidad incluye al hombre y su punto de vista en el estudio de la realidad en forma autocrítica, lo que no hacía el paradigma de la simplicidad, que confiaba ciegamente en el poder de la razón.
Este paradigma de la complejidad tiene muchos puntos de contacto con el pensamiento posmoderno, que postula la crisis de los grandes relatos, entendidos como los ideales o principios generales sobre los que se construyó la modernidad. El pensamiento posmoderno niega el poder omnisciente de la razón y lo descompone en diversidad de puntos de vista, no cree en modelos imitables ni en discursos hegemónicos, y en los casos más extremos, llega a hablar de muerte de las ideologías.
Contrariando la creencia del conocimiento científico concebida durante mucho tiempo, cuya misión era la de disipar la aparente complejidad de los fenómenos, a fin de revelar el orden simple al que obedecen, esta nueva propuesta (paradigma del Pensamiento Complejo de Edgar Morin) postula que los modos simplificadores del conocimiento mutilan, más de lo que expresan a las realidades o fenómenos de los que intentan dar cuenta.
La complejidad aparece allí donde el pensamiento simplificador falla, pero integra en sí misma todo aquello que pone orden, claridad, distinción, precisión en el conocimiento. Mientras que el pensamiento simplificador desintegra la complejidad de lo real, el pensamiento complejo integra lo más posible los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las consecuencias mutilantes, reduccionistas, unidimensionales y finalmente cegadoras de una simplificación.
Es en este momento en donde se debe de presentar la necesidad de incluir en la ciencia al sujeto y su circunstancia, como ciudadano de una nación y de la tierra, desde su etnia, su cultura y sus creencias, sus prácticas sociales y su cosmovisión.
"Así es que la nueva ciencia cuenta con el mundo y reconoce al sujeto. Más aún, presenta a uno y a otro de manera recíproca e inseparable: el mundo no puede aparecer como tal, es horizonte de un ecosistema del eco-sistema, horizonte de la Phycis, no puede aparecer si no es para un sujeto pensante, último desarrollo de la complejidad autoorganizadora." (Morin 1994).

Importancia de la Geografía en el desarrollo de la ciencia

Nueva geografía de Colombia, de Francisco Javier Vergara y Velasco

José Manuel Castelblanco Arenas

Francisco Javier Vergara y Velasco, militar, católico, conservador, historiador, geógrafo y cartógrafo, nació en Popayán el 15 de junio de 1860. «Fue un enamorado de la naturaleza y por tanto amó a su patria, a la cual sirvió por entero hasta el último instante en que rindió su vida el 21 de enero de 1914 en la ciudad de Barranquilla». Vergara y Velasco es autor de Nueva Geografía de Colombia escrita por regiones naturales, obra compuesta de 1125 páginas y 154 cartas, cuyo contenido se presenta de la siguiente manera: primero, el territorio (altimetría, kilometría, relieve, geología, hidrografía, climatología, flora y fauna, aspecto físico); segundo, capacidad productora del suelo (agricultura, ganadería, minería, industria, caminos, comercio, demografía, organización política y etnografía); tercero, historia; y cuarto, Geografía militar. A lo anterior se agrega un Apéndice que incluye El estado de la geografía de Caldas y un conjunto de tablas de coordenadas geográficas de Colombia. Editada en tres tomos por el Banco de la República y el archivo de la economía nacional en 1901, es considerada hoy una herramienta fundamental entre los estudiosos de la geografía y la historia del país.

Uno de los aspectos más interesantes y llamativos de la obra es la concepción misma de su interesante estructura. Vergara y Velasco, considerado uno de los mayores representantes de la historiografía en Colombia, afirma en la Advertencia que encabeza la obra que la geografía debe ser una descripción científica y poética de los aspectos visibles de la realidad, de la apariencia de los fenómenos, en fin, del paisaje:

La aspiración de la Geografía moderna, lo que ella persigue ante todo, es hacer ver, y por decir así, tocar con el dedo las cosas, procurar la sensación de ellas, imprimir en el espíritu el relieve, la imagen del país y de las sociedades; aspira á hacer que se vea ante los ojos lo que se describe, á que en las pinturas y retratos revivan los tipos y los paisajes, á que tenga el atractivo de una narración de viaje; quiere que se conozca de un país, no unos cuantos nombres y cifras, sino la vida y los aspectos reales.
Vergara y Velasco pretende armonizar integralmente la forma y la visión amplia y variada de la multiplicidad de aspectos de Colombia, que son dignos de ser conocidos y estudiados, que abarcan tanto lo geográfico como el vastísimo campo de lo histórico, lo cultural, lo social y lo humano.

Sorprenden la amplia y fundamentada documentación que tiene el autor, su conocimiento del país y de quienes habían escrito sobre él. En la sección dedicada a la historia de la exploración del país desde el «descubrimiento» se presenta una sustanciosa exposición metodológica y de fuentes cuya parte relativa a la época republicana, la más usada por Vergara, transcribimos:

Además de Codazzi, otros exploradores extranjeros han visitado nuestro territorio, pero la obra que ejecutaron no es igual. Entre los que realmente hicieron progresar nuestra geografía, debemos citar á Boussingault y á Reiss y Stübel, que exploran los Andes de Cundinamarca al Ecuador por el Tolima y el Cauca; á Hettner, que hace lo propio de Antioquia á la frontera venezolana por Cundinamarca, Boyacá y Santander; á Sievers, que visita la región de la Sierra Nevada de Santa Marta y a los valles de Cúcuta; á Greife, Shenck y Stainhel, que recorren los Andes antioqueños; á los dos White, que exploran el Chocó; á Simonds, que levantó por cuenta del Gobierno las cartas corográficas de Bolívar y Magdalena.
A Crevaux, que siguió las huellas de los misioneros peninsulares en las desiertas comarcas orientales; á Wiener, que realizó igual labor más al Sur; a los geógrafos brasileros que nos han hecho conocer el Amazonas y parte de sus afluentes; a West y Gilbert, que estudian el Magdalena; a las comisiones científicas (Bonaparte Wyse) de la Empresa del Canal interoceánico, que conquistaron para la ciencia el Darién y la región del Chiriquí; a los ingenieros del ferrocarril intercontinental, que pasaron su nivel de la frontera del Ecuador a Cartagena; a los dos Reclus (Elisée y Armand), que visitaron la Sierra Nevada y el Darién, y, en fin, a los marinos ingleses que delinean de manera definitiva el trazo del litoral.
Entre los que sólo recogieron impresiones y redactaron viajes anecdóticos sin verdadero valor científico pero útiles para la geografía descriptiva, están Gaje, el Conde de Gabriac, Vigne, Safray, Andrée, Cermoise, Estrifleur, Chanfanjon, Brisson, Monnier, De Brettes, D´Espagnate, etc. A estos nombres deben unirse los de muchos notables ingenieros y escritores colombianos y extranjeros que han recorrido territorio en busca de minas, ahora encargados del trazo de caminos, vías navegables, ferrocarriles y fronteras, ora en los Estados Mayores de ejércitos en campaña, ora levantando planos de haciendas y tierras baldías, y entre ellos Nieto París, González Vásquez, Ferreira, Ramos, Sosa, Liévano, etc.
Tampoco debemos olvidar á los constructores de líneas telegráficas, quienes materialmente han medido muchos miles de kilómetros de caminos, aun cuando por desgracia no siempre con exactitud.

Gracias a lo anterior, Vergara y Velasco logra informar de manera seria y variada acerca de diversos aspectos; elige las citas con acertado criterio para darle al lector perspectivas y puntos de vista diferentes. Los apartes citados ilustran y estructuran la obra cuyo eje conductor es el recorrido detallado a través de todo el territorio colombiano, cumpliendo con una de las intenciones primordiales del autor: describir con lujo de detalles cada uno de los aspectos relativos a la gran diversidad geográfica, origen de la riqueza de la fauna y la flora; la variedad de razas, tipos de sociedad y costumbres; la complejidad del pasado histórico y cultural, de la política y la economía del país.

La detallada descripción está fundamentada en experiencias personales del autor, como de las visiones de colonos y científicos del siglo XIX, expresadas a través de perspectivas diversas, que enriquecen el panorama que nos va mostrando Vergara y Velasco, son testimonios invaluables para reflexionar acerca de lo que ha sido el país, de lo que hemos hecho con sus recursos, y de lo que hemos perdido o ganado en el correr de los años.

Gracias a las descripciones de las montañas, ríos, llanos y valles, de las islas, de la mesa Andina, de la depresión central, de la región atlántica, de las zonas desiertas, del istmo de Panamá y de muchas otras regiones de Colombia, es posible constatar los profundos cambios, el deterioro irreversible y la destrucción que ha sufrido la naturaleza tras 109 años de publicada la obra.

La metodología de carácter científico y el detalle en la presentación de los datos que componen esta obra es uno de los factores que le permiten pervivir, a pesar de que gran parte de los datos ha sufrido profundos cambios en épocas recientes.

La obra consta de tres volúmenes, distribuidos de la siguiente manera:
El Volumen I, denominado Geografía General, consta de varias subsecciones. En la primera, llamada territorio, se hace una descripción muy precisa del país, comenzando por la historia del nombre, desde la formación de la Nueva Granada hasta la constitución de 1886 que modificó el nombre de la nación, llamándose de ese año en adelante Colombia. En la segunda sección, el autor continúa la delimitación de la República, describiendo cada una de sus fronteras con especial atención en los límites naturales y las coordenadas geoespaciales referidas al meridiano de Greenwich. A partir de los datos mencionados hace una aproximación al perímetro del país, dedica un espacio a las rutas de los conquistadores y desarrolla las temáticas relacionadas con kilometría, el litoral, las fronteras, el relieve, la geología y los ríos de Colombia.

El segundo Volumen ostenta la misma estructura capitular del primero, aunque los contenidos difieren. En el primer capítulo se abordan los temas de climatología, flora y fauna, y aspecto físico, para luego dejar sentada una propuesta respecto de la división natural del territorio de la República. El capítulo II está dedicado a la capacidad productora del suelo, fundamento del desarrollo económico del país en la agricultura, la ganadería, la minería y la industria. Es muy importante destacar que el autor presenta el estudio anterior destacando las características geográficas particulares de cada una de las regiones. Es evidente que el autor muestra un gran interés por los caminos de penetración en cada una de las regiones, a lo que dedica una buena parte de este capítulo.

En el tercer volumen se muestra una descripción de los caminos de Colombia, análisis presentado teniendo en cuenta las siguientes regiones: la mesa Andina, la depresión central, las montañas de Sumapaz, la región atlántica, las zonas desiertas, Panamá y los recorridos de los ferrocarriles y el telégrafo, al tiempo que se presenta un análisis del país desde los conceptos de demografía, comercio, organización política, y etnografía. El capítulo tercero y cuarto de la obra, llamados Historia y Geografía militar, presenta el capítulo III que se denomina Historia, dividida en épocas así: los orígenes, la colonia y la nacionalidad, y el capítulo IV denominado geografía militar.

Teniendo en cuenta la forma tan detallada como Vergara y Velasco hace la descripción geográfica de la cada una de las regiones del país, resaltaré a contiunación algunos aspectos generales que muestren la dimensión de la obra.

Teniendo en cuenta el sentimiento nacionalista del autor, es preciso comenzar destacando que para Vergara y Velasco la posición geográfica del país es excepcional. Al respecto, hace notar dos aspectos: de un lado, durante la guerra de la independencia esa posición le dio un valor estratégico de primer orden; y de otro, dicha posición le aseguraría un papel esencial en el futuro como sitio de paso entre los dos océanos. El autor comparte lo siguiente con Eliseo Recluse

Como país de asiento para los colonos de toda raza, el territorio de Colombia presenta ventajas excepcionales. Del mar a la cumbre de las montañas ofrece el regular escalonamiento de todos los climas: calor, temperatura moderada, frio, combinados según la exposición, con diversos grados de sequia o húmeda; pero en tanto que en otras repúblicas de América el paso de clima a clima se hace bruscamente y como de un salto de tierra ardiente a la tierra fría, y que la zona templada, la más favorable al hombre y a sus cultivos, está representada por estrechas franjas de territorio, Colombia, singularmente privilegiada, prolonga sus montes y antemontes a gran distancia del núcleo central, y las regiones cuyo clima puede compararse al de la Europa occidental por la temperatura, ocupan una extensión considerable, bastante crecida para sustentar los habitantes por decenas de millones. Con excepción del grupo montañoso de Santamarta, las serranías colombianas se ramifican de tal modo, en abanico, hacia el norte y el noreste; que encierran tierras de labor en todos los escalones, bajo todas las latitudes de la comarca.
Luego, concluye lo siguiente:

Colombia estaría, pues, lista para recibir inmigrantes por millones, si tuviera caminos accesibles del mar hacia las zonas desiertas o apenas pobladas de las áreas templadas y frías; paro hasta la fecha Colombia ha tenido la suerte de crecer en población y desarrollar sus recursos mucho mas por su propio fondo que por el auxilio de los extranjeros.

Siguiendo por la línea de la posición estratégica del país, destacándose el hecho de que en toda su obra Vergara y Velasco se esfuerza por enfatizar la distancia que separa su «nueva» geografía, «descripción pintoresca y científica en la que todo vive» de la geografía tradicional que solo muestra datos, en el aparte de la nueva geografía de Colombia, que Vergara y Velasco dedica al litoral, hace una descripción muy precisa de las dos costas y destaca en ella la posición del archipiélago de San Andrés y Providencia (San Andrés, Santa Catalina, Providencia, y numerosos cayos e islotes), importante por su posición estratégica y sus productos, y en el cual solo se habla inglés, por abra de nuestra incuria. Afirma Vergara y Velasco: [San Andrés y Providencia] será prenda de gran valor el día en que la república posea marina de guerra». Vergara hace notar la complejidad de estudiar el litoral colombiano debido a su configuración, sus condiciones climáticas y su falta de islas, siendo esto un punto a favor del impulso de una marina importante como las de Chile o Brasil.

Usando la metáfora de la inundación del territorio, Vergara y Velasco hace un análisis profundo del relieve nacional. Destaca los Andes por el enorme espacio que ocupan en Colombia (320.000 km) y los compara con los Alpes suizos, afirmando que los primeros son ocho veces más grandes que los segundos. Los Andes están formados por una serie de grandes cimas que llama cordilleras; en palabras de Verga y Velasco, estas últimas son «pliegues de atormentadas estratas (suelos densos presentan bajos factores de concentración), de los que unos recorren todo el sistema, en tanto que otros apenas alteran una parte de él o no tienen sino reducidas dimensiones, lo que dio campo a la surreccion de altos topes aplanados o al colmataje de cuencas interiores así transformados en altas llanuras o altiplanicies».. Vergara y Velasco

En conformidad con lo anterior, Vergara y Velasco también afirma que los Andes colombianos son tan irregulares en su régimen como en su construcción geognóstica, hasta el punto en que afirma lo siguiente: «no hay en el mundo otro territorio cuya topografía haya sido tan influida por las acciones de las fuerzas del planeta». Sus pendientes, sus flancos escabrosos y la abundancia de hondonadas, gargantas y precipicios dificulta la construcción de vías de comunicación adecuadas, elementos indispensables para explotar los veneros (fuente natural de agua que brota de la tierra o entre las rocas) que guardan sus entrañas. Dicho esto, Vergara y Velasco divide los Andes colombianos en tres cordilleras; Cordillera del Chocó, o Cordillera occidental; Cordillera del Quindío, o Cordillera central; y cordillera del Sumapaz, o Cordillera oriental. Además de lo anterior, Vergara y Velasco hace una descripción de lo que denomina los montes del Caribe, que comprenden las serranías de Panamá y Baudó, los montes centrales de Bolívar, la sierra nevada de Santa Marta y las sierras Guajiras.

En este tema del relieve es importante destacar que la parte central de la costa atlántica, a pesar de ser un paisaje cenagoso y sólo en parte fértil, tiene «en justa compensación en sus extremos los montes de María y la sierra de Santamarta: es un pequeño mundo alzado á las puertas de la Patria cuyos tesoros y belleza exhibe agrupados en mínima superficie». A partir del contraste entre llanura y elevación, el relieve poco elevado de los Montes de María «visto de la llanura de Cereté parece no existir y las pequeñas colinas que allí surgen destacadas adquieren apariencia de crecidas cumbres» (Vergara y Velasco, 1892, p.166).

La diferencia entre las llanura atlántica y oriental reside en el hecho de que la primera se integra al relieve andino, mientras que la segunda no por cuanto es absoluta, imposible de integrar en cualquier relieve. Vergara y Velasco es quien después formulará con más claridad aquello que el mapa de Casanare de Codazzi y los mapas generales elaborados a base de su cartografía ya mostraban: su doble división del espacio de la nación en un centro con una especie de semiperiferia, subsumidos en el relieve andino, y la periferia oriental, respectivamente. Para cimentar la construcción de esa topografía nacional como relieve constituido en superficie, que incluiría partes de la periferia. Para efectuar una exclusión más clara de su periferia oriental, Vergara decide incluso acabar con la terminología geográfica en uso hasta entonces:

No existen las tan decantadas cordilleras; el suelo colombiano se divide naturalmente en dos porciones: la occidental ó montañosa, y la oriental ó llana. En la montañosa las serranías forman dos grupos principales separados por el amplio valle del Magdalena que en su parte baja se confunde con la cuarta área de esta mitad ó sea la llanura atlántica, cuyo carácter principal consiste en lo variado del relieve de su suelo, que encierra macizos aislados, planicies bajas y mesas de mayor altura: además, completan esta mitad montañosa el litoral del Chocó y la faja del istmo (Vergara y Velasco, 1892, p. 3).

Datos importantes como la densidad demográfica (cinco millones de habitantes aproximadamente) y la gran diversidad de razas y culturas se unen al estudio realizado por Vergara y Velasco. En cuanto al problema de la relación entre los seres humanos y la naturaleza, el autor dedica su tiempoal estudio de «la influencia del medio en que vive un pueblo sobre el progreso de sus habitantes» quienes constituyen casi un añadido, o en el mejor de los casos un agente más del modelado del terreno. Para él, como está en el epígrafe de una edición posterior, «el suelo que soporta a las naciones impone a estas huella indeleble». Es en ese sentido en que se lo puede considerar un geógrafo determinista.

Relacionando la geografía del país con sus gentes, Vergara manifiesta lo siguiente:

Mirada en su conjunto, Colombia se divide en montes y llanuras, en tierras altas y bajas, en regiones marítimas y continentales, en zonas tropicales y subtropicales, en comarcas agrícolas, ganaderas, mineras é industriales, es decir, presenta un resumen del globo entero, lo que ha sido quizás una de las causas de su atraso, pues como lo ha observado un notable naturalista sueco, esas variedades cuando se mezclan y alternan en corto espacio, dificultan la explotación en grande escala […] Consecuencia de semejantes condiciones es la lentitud del progreso; pero también ese progreso, una vez cumplido, promete resultados de tal magnitud, que la imaginación, deslumbrada, no puede calcular. (Vergara y Velasco 1974, p. 765).

El comercio, factor de desarrollo, se fundamentó en la explotación de los recursos naturales, especialmente la flora y la fauna, a lo que Vergara y Velasco muestra cómo los comerciantes españoles extrajeron de los territorios de la Nueva Granada carey y cueros que para 1721 constituían mercancías altamente apreciadas en la feria de Portobelo en España. Entre 1835 y 1890 se exportaron águilas, carey, aves vivas, aves disecadas, camarones, caracoles, concha y cal de nácar; cueros de caimán, de puma, de jaguar; insectos, ostiones, patos, perlas, tortugas y sus caparazones, objetos para colecciones de los naturalistas.

Hacia finales del siglo XIX —en pleno período republicano— se intensificó la economía extractiva, ya que la industrialización creciente en Europa y los Estados Unidos creó demanda para nuevas materias primas y productos. La extracción y exportación de fauna aumentó progresivamente a lo largo de ese siglo hasta alcanzar un tope histórico de variedad y cantidad. Según Vergara y Velasco (1892), los productos naturales pasaron a constituir un 30% del total de las exportaciones, concentradas hasta el momento en el oro, contribuyendo a que la economía fluctuara ante la demanda cambiante de nuevos productos naturales. Esto es, se presentaba un auge repentino y al cabo de poco tiempo los recursos se agotaban por causa de la extracción exhaustiva y destructora, o su calidad decaía a tal punto que quienes los compraban buscaban otras fuentes o eran reemplazados por un sucedáneo. Este fue el caso de las pieles grandes, las plumas de garza o los insectos, productos que para 1870 proveyeron más de la tercera parte de las exportaciones colombianas. De esta manera, la fauna se hizo parte de la lógica irracional de las bonanzas que perdura hasta hoy.

La novedad más importante de Nueva Geografía de Colombia en relación con las obras anteriores radica sin duda en la adopción del «moderno» sistema de regiones naturales:

No sigo fórmulas envejecidas y falsas, no describo á Colombia siguiendo divisiones políticas que dependen del capricho de los hombres y a menudo rompen y mezclan las grandes regiones naturales: éstas, y sólo éstas, creadas por quien no está sujeto á los vaivenes del mundo, serán la base del trabajo, que así tendrá la ventaja de no envejecer al menor cambio administrativo; corregido un cuadro el libro queda de nuevo al corriente, puesto que las grandes modificaciones del terreno requieren siglos para hacerse sensibles.

El asunto de las regiones es ciertamente importante. En él se concentran hasta la confusión sus convicciones científicas, políticas y religiosas. Su esfuerzo consistió precisamente en tratar de hacerlas encajar, configurando un discurso que les diera cohesión y sentido.

El tema fue tratado en varios lugares y se pueden encontrar algunas variantes de una versión a otra que no vienen al caso. Basta referirse a un escrito de prensa titulado División territorial, en el que la dimensión política y religiosa de la propuesta geográfica de Vergara y Velasco se hace especialmente nítida:

Nacido en las vegas del risueño Cauca y educado bajo la influencia nefasta de la autonomía de las secciones territoriales en que en mala hora se dividiera un tiempo el país, no podría negar que por algunos años sufrí también el fatal error, causa de la ruina de la Nación, de anteponer los intereses y el cariño que profesaba al Estado natal al que debía por conciencia y legalmente á la patria colombiana. Por fortuna mi afición al estudio de la geografía de Colombia rompió la venda que me cegaba, y desde hace muchos años he protestado siempre, no sólo contra la federación en general, sino también contra los límites absurdos de las circunscripciones políticas que rompen la unidad de las zonas geográficas, indicadas por Dios mismo é impiden así el verdadero y pronto progreso de aquellas.” (Vergara y Velasco “división territorial”)

Colombia, aunque «unitaria en la forma» desde la última Constitución, seguía siendo para Vergara «federalista en el fondo» debido a que las «extravagantes» fronteras vigentes de los Departamentos rompían por completo «los límites naturales de las diversas regiones geográficas”, lo cual favorecía los altercados y terminaba por beneficiar al gamonalismo, “causa eterna de la ruina del país» Según Vergara, «conservar la actual división territorial del país» equivalía a «conservar latente la federación».( Vergara y Velasco, “División Territorial”)

La «idea salvadora» de Vergara, entonces, consiste en reemplazar los nueve departamentos existentes por veintiséis nuevas «provincias geográficas» definidas con base en las «leyes geológicas de la división del territorio». Debe hacerse «tábula rasa»; las medias tintas son inútiles; la República debe ser «fundida en nuevo molde». La división propuesta por Vergara, a grandes rasgos, es la siguiente:

“Catatumbo, capital Ocaña; Zulia, capital Pamplona; Paturia, capital Bucaramanga; Angostura, capital Puerto Berrío; Saravita, capital Socorro; Chicamocha, capital Sogamoso; Funza, capital Chapinero; Muzo, capital Honda; Quindío, capital Ibagué; Saldaña, capital Guamo; Tierra Adentro, capital Neiva; Tenza, capital Gachetá; Casanare, capital Nunchía; Chiriquí, capital David; Veraguas, capital Santiago; Istmo, capital Panamá. /Corregimientos. San Andrés, Bocas del Toro, Darién, Balboa, Goajira, los Llanos y Caquetá.

Según Vergara, su sistema de división tiene la ventaja fundamental de hacer más fácil y efectiva la «acción civilizadora» del gobierno central que a su vez debe convertirse en un ente «regulador e impulsador» encargado sobretodo de mantener bien enlazadas las provincias entre sí, a la vez que respeta en todo caso los límites naturales dispuestos por Dios. Tiene también la virtud de «confundir en cada una de las nuevas provincias todos los climas y producciones», lo que asegura el progreso equitativo de todas. Los nombres de las nuevas provincias son tomados de los accidentes del terreno, lo que contribuye a «borrar de la memoria del pueblo las odiosas demarcaciones en mala hora establecidas». Además, el buen trazo de la división deja a cada provincia un área casi desierta disponible para dicha acción. Con ello cesarían los viejos celos y los odios regionales, se le podría punto final al gamonalismo, y la paz, el progreso y el bien común estarían asegurados, «así costare sangre» (Nueva Geografía de Colombia).

Como se anotó al comienzo, el libro de Vergara y Velasco es una obra muy valiosa porque a través de sus textos es posible conocer muchos aspectos esenciales —y bastante desconocidos— de Colombia.

2/15/2010

HERMENEUTICA

LA COMPRENSION DE LO SOCIAL
(Horizonte hermenéutico de las ciencias sociales)

La hermenéutica significa traducción, explicación, expresión o interpretación que permite la comprensión; se refiere a la interpretación de un texto, Con Schleiermacher (Filósofo alemán), la hermenéutica cobra plena relevancia filosófica, y comienza a aparecer como una teoría general de la interpretación y la compresión. Propone que los datos históricos y filológicos sean únicamente el punto de partida de la comprensión y la interpretación, que al reconstruir la génesis del texto se genere una identificación con el autor que exceda el mero entendimiento de textos, sino que haya una comprensión del todo, Gadamer señala que al interpretar un texto se está actualizando un proyecto, replanteable continuamente en base a lo que resulte de indagaciones posteriores en el texto.

Mientras que las ciencias naturales buscan explicar y controlar las leyes del mundo físico mediante procesos estructurados en forma rígida, normativa o como un canon llamado "métodos cuantitativos" que tiene su fundamento en la filosofía positivista, las ciencias sociales buscan interpretar y comprender los motivos internos de la acción humana, mediante procesos libres, no estructurados, sino sistematizados, a los que inapropiadamente se les llama "métodos cualitativos", por la resonancia positivista, pudiendo llamarse "procesos cualitativos", que han dado origen a diversos enfoques hermenéuticos como el fenomenológico, de Dasein, de la comprensión del sentido, el neokantiano, el lingüístico, etc., que tienen su fuente en la filosofía humanista, y que han facilitado el estudio de los hechos históricos, sociales y psicológicos del ser humano, soslayados en un tiempo por los métodos positivistas.
Estos "procesos cualitativos", que se preguntan ¿cómo se interpretan los motivos de la acción humana? y ¿cómo se comprende lo interno y subjetivo del hombre?, han dado respuesta a las cuestiones fundamentales referidas al origen y sentido de la comprensión humana, las cuales han tenido un desarrollo intelectual importante desde el siglo XIX, a raíz de la complejidad que caracteriza a la sociedad postindustrial, lo que ha dado origen a diversas escuelas y corrientes hermenéuticas como son: a) Las ciencias del espíritu de Wilhelm Dilthey, b) La Sociología Comprensiva de Max Weber, c) La Formación de Conceptos y teoría de las Ciencias Sociales de Alfred Schütz, d) El Lenguaje como Medio de la Experiencia Hermenéutica de Hans-Georg Gadamer, e) La filosofía del Lenguaje de Ludwig Wittgenstein y f) La Intencionalidad y Explicación Teleológica de Henrik von Wright, que constituyen hoy en día los pilares de la interpretación y comprensión hermenéutica, como procesos cualitativos que pueden constituir una base para la investigación.
La auto comprensión crítica de la sociedad nos revela que el conocimiento esta vinculado a la praxis social a la acción, “la relación de la teoría con el ámbito de las prácticas sociales, en el plano teórico, se construyen métodos, conceptos e imágenes que vuelven al mundo de la práctica proyectando en él la lógica lineal y la coherencia que solo es posible allí donde el pensamiento cree que ha sido capaz de abstraerse de las filiaciones, pertenecías e ampliaciones que influyen en él” de este modo, la comprensión del conocimiento como acción social orientada reconoce en si el sentido que le confiere el interés de la acción cognitiva.
Un concepto importante a analizar es el concepto de la objetividad de los científicos sociales, es una opinión generalizada entre los estudiantes de sociología de que la objetividad en las ciencias sociales no es posible o que no existe. El texto del profesor José Darío Herrera, nos muestra de que no solo es posible sino que es necesario y de gran valor la búsqueda de la objetividad del conocimiento acerca del mundo social en donde es muy importante mejorar la comunicabilidad de las diferentes disciplinas y el mundo de la práctica. Primero argumentare porque es posible la objetividad, creo que antes que nada para que sea posible uno tiene que creer en ella, pero la objetividad no es como Dios, no existe de modo trascendental o de modo independiente a nosotros. La objetividad, como la entiendo es la construcción intersubjetiva de la veracidad de un conocimiento. De alguna manera se sustenta en la creencia, pero estamos hablando de ciencia, esta creencia en la verdad de un conocimiento tiene que estar sustentada de una manera especial, esto es, racionalmente. Por ejemplo si alguien afirma que el sistema capitalista es alienante, tiene que añadir a continuación las razones, o sea los argumentos por los cuales afirma lo que afirma. Tal sentencia, entonces tiene que recorrer un largo camino para llegar a la meta de la objetividad cognoscitiva, que implica luchas intelectuales, y cuando un número relativamente grande de intelectuales cree que el sistema capitalista es alienante, estamos cerca de tener un conocimiento objetivo de la realidad. Claro está que este tipo de objetividad es frágil, ya que depende de la subjetividad, de los sujetos, pero siempre en plural, depende de un colectivo, un grupo, pero siempre aparecerá un otro que cuestione ese conocimiento objetivo, acusando precisamente de que no es objetivo ese conocimiento, siempre habrá alguien que opine que afirmar que el sistema capitalista es alienante está distorsionado ideológicamente, por tanto la Objetividad en las ciencias sociales implica una lucha intelectual por adquirir el status de objetividad.
La objetividad no tiene que estar vinculado necesariamente a una verdad absoluta, de hecho la ciencia misma pone en tela de juicio esa existencia. Además la cuestión de la verdad está un poco lejos del saber científico. Hasta sería errado decir que nos manejamos con verdades relativas, más bien creemos que existen niveles de objetividad, que están mas vinculado con la mayor o menor facticidad de un conocimiento.
Estoy de acuerdo en que sin criterios de objetividad mínimos no habría posibilidad de ciencia alguna. Desde el momento en que se empieza a comunicar un conocimiento, se está apelando a ciertos criterios de objetividad para que otra persona, a través del entendimiento, llegue por así decirlo no solo a comprender lo que se dice sino que llegue a aceptar un conocimiento como real. Una realidad que siempre será provisoria, ya que así son las reglas de juego en la ciencia, a diferencia de una creencia o convicción política. Como ejemplo podemos citar que uno de los problemas del marxismo, es que confunden el conocimiento científico con las convicciones políticas, no decimos que estén desligadas, pero cada una de ellas tiene reglas que son algo diferentes, podemos también ver que tantos en las religiones como en los discursos políticos es inevitable establecer ciertos dogmas relativamente incuestionables, en la ciencia no es así, precisamente porque el conocimiento científico tiene que ser un conocimiento con cierto nivel de objetividad que tiene que evitar cualquier tipo de dogmatismo, y por eso mismo tiene que estar abierto al debate igualitario y democrático.
Otro elemento importante es la flexibilidad teniendo en cuenta la afirmación de Bourdieu cuando utiliza la expresión "objetivación del sujeto objetivante", focalizándose en la posibilidad del científico de objetivar su propia práctica mediante la realización de una vigilancia epistemológica constante sobre su labor como investigador, controlando especialmente el inconsciente colectivo inscrito en las categorías del entendimiento científico. Esta nueva perspectiva del concepto, que contiene tres dimensiones, se liga a la posición del analista en el campo científico o académico, se vincula con la idea de epistemocentrismo, y con su modo de relación con ese objeto de conocimiento. Entonces, la reflexividad es entendida también como la necesidad de un retorno sobre el propio investigador y su universo de producción, siendo esta reflexión un proceso indispensable para la creación de conocimiento dentro de las ciencias sociales.

Hermenéutica, sabemos, es el arte de la interpretación. Pero, qué es una interpretación “diatópica”? Para ello recordemos que la hermenéutica es el arte de comprender al otro, y para ello, de interpretarlo, decodificando el sentido de sus actos y de sus creaciones para recodificarlos en un registro propio. Este es un proceso muy complejo puesto que nosotros no podemos dejar de lado nuestro topo cultural y transportarnos completamente en el topos de la cultura del otro. El intento de colocarnos en el punto de vista del otro parece ser, de entrada, un intento fallido. La hermenéutica diatópica es justamente la apuesta por hacer de este intento, una tarea aunque inconclusa por definición con sentido. “... Comprender determinada cultura a partir de los topos de otra cultura es una tarea muy difícil y, para algunos, imposible. Partiendo del presupuesto que no es una tarea imposible, es importante para llevarla a cabo, una hermenéutica diatópica, un procedimiento hermenéutico adecuado para guiarnos en las dificultades a ser enfrentadas, aunque no para superarlas enteramente.
El punto de partida es el reconocimiento mutuo del carácter incompleto y finito de nuestras comprensiones culturales del mundo. Este es el punto de partida del diálogo. No hay diálogo si no hay primero una toma de distancia crítica del propio punto de vista. Autoreflexión y diálogo son dos caras de la misma moneda. Por eso es muy importante que cuando hablemos de educación intercultural insistamos en la necesidad de incorporar en ella la formación de la conciencia crítica, autocrítica, la capacidad para la autoreflexión de lo propio como punto de partida para la valoración de lo ajeno. Este es hay que decirlo uno de los grandes aportes de la modernidad occidental, pero sólo en el plano del pensamiento, no así en el plano de la historia.
La hermenéutica diatópica parte pues del presupuesto de que no hay interpretaciones acabadas, de que no hay culturas completas y de que todas las interpretaciones culturales de la dignidad humana son incompletas y finitas. Pero “tal incompletud no es visible desde el interior de las culturas” Para hacerla visible hay que vernos desde la mirada del otro. Esta es la apuesta de la hermenéutica diatópica. Visualizar nuestras propias ideas y convicciones desde las ideas y convicciones del otro, observarnos desde su mirada. Esto nos proporciona la posibilidad de ver no sólo la incompletud sino también el carácter no evidente de nuestras evidencias. De allí que en los intercambios y diálogos interculturales experimentamos frecuentemente la necesidad de explicar o de justificar ideas o acciones que en nuestra cultura son evidentes o de sentido común, El objetivo de la hermenéutica diatópica dice Boaventura de Sousa no es, alcanzar la completud, sino, por el contrario, ampliar al máximo la conciencia de incompletud mutua por intermedio de un diálogo que se desarrolla, por así decir, con un pie en una cultura y el otro en otra cultura. En esto reside su carácter diatópico “
Es cierto y nosotros somos los primeros en decirlo que para que el diálogo intercultural sea una posibilidad real hay que empezar por crear dialógicamente las condiciones que los hagan posible. Pero también es cierto que tenemos que esclarecer conceptualmente de manera anticipada qué es lo que queremos crear. En este sentido el aporte de la hermenéutica filosófica a la renovación de la teoría clásica de los derechos humanos podría ser fundamental. El camino está trazado, no concluido.

A manera de conclusión podríamos afirmar que La ciencias sociales modernas, intenta trascender las posibilidades y las limitaciones de la conciencia histórica moderna, que cuanto menos relativista es un científico social, mas cree esa persona en el progreso de la ciencia, así espera que sus resultados sean reelaborados, mejorados o perfeccionados en el futuro, que todo científico social, tiene que tratar con su espiral hermenéutica, un científico social regresa a la misma cuestión o problema una y otra vez, comprendiendo algo un poco más, comprendiéndolo de un modo distinto, pero siempre consciente de que no se llega a alcanzar la comprensión, ¿Cuál es el límite?, el buen juicio del científico social. La verdad no es meramente teórica. Es también práctica. Sin embargo nunca es pragmática. La verdad puede considerarse como absoluta, como perenne, y también como histórica, pero es siempre subjetiva en el sentido que tiene impacto sobre nuestra experiencia.



2/08/2010

APROXIMACIONES PEDAGOGICAS

APROXIMACIONES DE PEDAGOGÍA

“No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad. Con ello se convierten en algo así como en máquinas utilizables, pero no en individuos válidos. Para ser un individuo válido el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar, tiene que recibir un sentimiento vivo de lo bello y de lo moralmente bueno... para que exista una educación válida es necesario que se desarrolle el pensamiento crítico e independiente de los jóvenes... La enseñanza debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación.” Albert Einstein

Un gran dilema al que nos enfrentamos los investigadores en educación es resolver esa gran discusión que se ha presentado a lo largo de la historia sobre que tiene que ver la pedagogía con la educación, la enseñanza, el aprendizaje y la didáctica, como se integran estos conceptos en una disciplina, y cuáles son las funciones o diferenciar de una persona que investiga en educación y una persona que tiene como oficio enseñar, por que se ha hecho necesario redefinir el concepto de pedagogía.
Realmente se hace necesario redefinir estos conceptos ante los cambios impuestos por la alta tecnificación, que han hecho una sociedad cada vez más abierta y diversificada que hace indispensable observar en qué medida se ven alteradas las tradiciones y los valores que dan perfil a las culturas. Lograr la convivencia de valores y principios humanitarios con las nuevas líneas de interacción planteadas por el postmodernismo, es el reto de cualquier trabajo formativo que pretenda incidir en lo cultural. Al respecto, María Del Pilar Anaya Ávila (2005) afirma “la educación tiene ante sí el gran compromiso de acoplar la pedagogía al signo de los tiempos, de desarrollar su filosofía dentro de un marco social de creciente complejidad”, se complejiza aun mas para la Pedagogía, para la Educación para los procesos de Enseñanza-aprendizaje y para la didáctica; dado que el saber ha cambiado su naturaleza y lejos de ser absoluto o constante se caracteriza principalmente por su inestabilidad y complejidad en los procesos que le dan lugar.
El saber se volvió determinante en la competencia mundial por el poder, dominar la información es ser poseedor del control del poder, en el ámbito educativo el saber se cuantifica a través de pruebas que estandarizan el pensamiento, los resultados de las mismas son utilizados para determinar el éxito o fracaso escolar en casi todos los niveles, son conceptos y procesos que en este mundo globalizado en el que se habla de mundialización, principios éticos, teorías políticas, tratados e intercambios, se hacen necesario romper con esos viejos paradigmas y revaluar los conceptos de Enseñanza ,Aprendizaje, Educación Pedagogía y Didáctica, para ir más allá de ese acto educativo y revalorar los horizontes de la Pedagogía, que no es más que “El Como se Enseña”, es por esto que si queremos hablar de pedagogía no la podemos desligar de la “Educación”, como procesos que han tomado diferentes rumbos, de acuerdo a diferentes aspectos como lo social, lo político, lo económico y lo cultural.
Otro aspecto muy importante a tener en cuenta, es preguntándonos por los fines de la pedagogía, es el relacionado a la problemática de la Enseñanza- aprendizaje y en particular a la forma por la cual cada individuo aprende, muchos investigadores de la educación coinciden en apuntar que las personas poseen diferentes estilos de aprendizaje, y estos son, en definitiva, los responsables de las diversas formas de acción de los estudiantes ante el aprendizaje. A la importancia de considerar los estilos de aprendizaje como punto de partida en el diseño, ejecución y control del proceso de enseñanza- aprendizaje en el marco de la propia psicología educativa y la didáctica en general, es en sí, lo que concierne principalmente a la labor docente. La investigación sobre los estilos cognitivos ha tenido gran importancia para la metodología, al brindar evidencias que sugieren que el acomodar los métodos de enseñanza a los estilos preferidos de los estudiantes, puede traer consigo una mayor satisfacción de éstos y también una mejora en los resultados académicos. Con esto queda postulado que los profesores pueden ayudar a sus estudiantes concibiendo una instrucción que responda a las necesidades de la persona con diferentes preferencias estilísticas y enseñándoles, a la vez, cómo mejorar sus estrategias de aprendizaje constantemente.
Es en este momento donde iniciamos la discusión, y al igual que Josefina Quintero nos preguntamos; O se es maestro, o se es investigador, o se es investigador y maestro, o se es maestro investigador. Un primer punto por aclarar es el relacionado con la diferencia de aquellos que se dedican a la investigación educativa, pedagógica o didáctica, de aquellos que se dedican a la innovación, a la creación de teoría y a la solución de problemas. De Tezanos contribuye a aclarar este debate con la siguiente afirmación: “Los que tengan como oficio la investigación tendrán como propósito el explicar, analizar, e interpretar los procesos que dan cuenta de lo educativo, lo pedagógico o lo didáctico.” Al analizar e interpretar estos procesos, el maestro contribuye a la producción de conocimiento. “Los que tengan como oficio el enseñar, su camino innovativo contribuye, en el ámbito de lo pedagógico o lo didáctico, a la construcción de saber pedagógico. Este punto marca el límite y las distinciones entre los dos oficios: el de investigar y el de enseñar”.
La Educación ha tenido muchos cambios en la contemporaneidad, esto ha traído como consecuencia cuestionar el ¿Cómo se Enseña? Se han roto viejos paradigmas en cuanto al saber científico y por supuesto de que manera ese saber hace parte de la pedagogía. Son muchas las causas que han hecho que se redefinan estos conceptos, hoy se habla de aparición de nuevas culturas, la escuela en otros espacios, el reordenamiento de nuevas sociedades emergentes que con sus prácticas educativas y políticas diversas han distorsionado el proceso educativo, volviéndolo un instrumento para pretensiones de unos pocos.
Con todas estas variables que introducen a la pedagogía en el mundo de la complejidad, y de las cuales en su gran mayoría no han sido resueltas o no tienen claridad entre las diferentes disciplinas, muchos autores contemporáneos se atreven a afirmas que el mundo de la educación entro en crisis, ya que la estructura tradicional o formal en la que se inspiro la escuela “NO RESPONDIO”, a los nuevos retos que pretenden las políticas educativas, estas usan otras maneras que buscan la manipulación del conocimiento, equilibrándolo, dando opciones, usando tecnologías , llegando espacios donde las políticas no pueden ser iguales debido a su cultura debido a la diversidad y potencial que existe en nuestro territorio, y sobre todo que los investigadores en pedagogía y los maestros no han encontrado un lenguaje común en donde confluyan sus teoría y sus prácticas pedagógicas.
Uno de los problemas fundamentales de la educación es que se sigue con la idea obtusa de que su principal función es transmitir conocimientos, preguntas y respuestas correctas, más que asegurar la comprensión y aplicación o uso activo del conocimiento, ha crecido de modo desmedido una tendencia de los educadores a sobrevalorar el fenómeno del aprendizaje, y ello ha provocado una serie de problemáticas, tanto en la actualización de los recursos docentes, como en la metodología didáctica a implementar en las aulas escolares. El concepto de aprendizaje se genera desde la raíz del ideal educativo, lo obvio necesita ser reiterado: No puede haber educación sin aprendizaje. Aprendizaje es la condición necesaria, empero tal vez no suficiente, de todo proceso educativo, y esto es muy importante plantearlo desde la óptica que nos plantea Echeverri de establecer unas técnicas del lenguaje o de comunicación en donde los investigadores en pedagogía y los docentes compartas experiencias y por tanto conocimiento, en donde se tengas en cuenta no solo la historicidad de los fenómenos pedagógicos mundiales y locales sino la subjetividad de los docentes, subjetividad fundamentada en los saberes del educador, saberes no únicamente desde su disciplina como tal, sino desde los saberes pedagógicos que lo relacionan con el mundo, esto es lo que podríamos denominar como las funciones de las corrientes pedagógicas contemporáneas
En cuanto a los resultados y usos de la investigación, es necesario aclarar si el maestro debe construir conocimientos propios o es mero usuario del conocimiento de otros. La actividad investigativa, con escasas excepciones, ha sido desarrollada por profesionales externos a la educación con orientación de temáticas y metodologías ajenas a la pedagogía. Un caso patético es la confusión de las temáticas investigadas por la psicología y aquellas investigadas por la pedagogía.
La reflexión sobre la problemática epistemológica de la Pedagogía, es una Tarea que resulta compleja y necesaria. Compleja, por la diversidad de líneas conceptuales provenientes de distintos campos del saber que se entrecruzan generando paradigmas y posturas encontradas. Necesaria, por tres razones fundamentales:
.- La apertura hacia una nueva conceptualización de “ciencia” e “investigación científica” alejada de la perspectiva epistemológica y metodológica positivista, que abre la posibilidad de una mirada distinta sobre la cientificidad y por ende de la pedagogía y de la educación. Hecho que se sintetiza en la afirmación de Prigogine “La ciencia de hoy no es ya la ciencia clásica” .
.- El impacto de los actuales acontecimientos políticos-culturales-sociales-económicos de naturaleza global, ponen en evidencia la necesidad del estudio del fenómeno educativo desde una postura epistemológica (el encuentro y conflicto entre las culturas occidentales y orientales, el fenómeno de la globalización, los grandes descubrimientos tecnológicos y científicos, la Reforma educativa, entre otros).
.- El avance significativo de las ciencias auxiliares de la Pedagogía (Biología, Psicología, Sociología, Filosofía, entre otras) y la emergencia de nuevas áreas de conocimiento que, como la Informática, han provocado transformaciones relevantes en la constitución bio-psico-espiritual del hombre y en su entorno cultural y social, ampliando sustancialmente el ámbito de aplicación del conocimiento pedagógico. Los aportes de estas ciencias auxiliares exigen una revisión al interior de la Pedagogía en cuanto a re-crear conceptos, teorías, enfoques, metodologías, instrumentos, y técnicas.
Las corrientes pedagógicas contemporáneas responden al reclamo social de una formación que les permita a los sujetos resolver problemas de diferente índole de forma autónoma, esto significa, poder enfrentar la búsqueda de soluciones, encontrar una respuesta y tener algún control sobre ésta, dado que en la mayoría de los casos, los problemas que se presentan implican encontrar respuestas nuevas a preguntas también nuevas. Por ejemplo, en la educación tradicional, las viejas soluciones responden de manera simplista o mecánica a las demandas sociales: a mayor número de solicitudes de ingreso de estudiantes, más instalaciones construidas y, por ende, más burocracia. Con esta lógica se sigue reproduciendo un modelo que ha mostrado su insuficiencia al concebir la enseñanza más para sí misma que para apoyar los requerimientos de formación de la sociedad, en lo general, y de cada una de las personas.
Algunos docentes se dedican a repetir lo que ellos han aprendido, (métodos y formas de solución de problemas), sin darles la oportunidad a sus estudiantes de hacer ciencia, aprender la ciencia como una búsqueda de explicaciones. Otros docentes orientan muy bien a sus estudiantes a resolver problemas, sin embargo jamás se resuelven problemas de la vida real. Las preguntas del estudiante no son importantes, se le da mayor importancia a la pregunta del texto, o sea a resolver problemas de otros, y en cuanto a los docentes debemos seguir preguntándonos: ¿Por qué se ha confundido escuela con Educación a través de la historia social del país?
¿Cuál es el sentido verdadero de la pedagogía?
¿Cuáles son nuestras funciones sociales como pedagogos?
¿Cuál debe ser el papel de los educadores para convertir lo posible en probable y lo probable en realidad?
El postmodernismo es claramente un desafío para todos los educadores. En el sector de la educación nos encontramos maestros, estudiantes y administrativos, cuyas actitudes son una mezcla de lo pre moderno, lo moderno y lo postmoderno, no obstante esto no puede servir de pretexto para la inacción y la desesperanza.