8/09/2016

Una mirada desde la complejidad a la crisis de la educación 
Jose  Manuel  Castelblanco  Arenas 
La importancia  de integrar los conceptos del conectivismo y el pensamiento complejo a la estructuración de modelos educativos que  permitan  repensar las formas como enseñamos, son elementos que nos ayudarán a la formación de ciudadanos comprometidos con su cuerpo y su territorio para alcanzar objetivos de competitividad en el mundo moderno y esto debe ser tenidos en cuenta por los profesionales de la pedagogía y por los estudiantes que reciben esta la formación.
Según Morín, E. (2003) el pensamiento complejo “está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista y el reconocimiento  de lo inacabado e incompleto del conocimiento”. Integrar este pensamiento al contexto educativo representa una exigencia mayor al conocimiento y es un aporte significativo a la actitud del sujeto para dejar de lado el simplismo del aprendizaje, aprendiendo a aprender e incluyendo la complejidad, en la cual según Maldonado, C. (2003) “el conocimiento de la complejidad nos permitirá sencillamente actuar mejor, de acuerdo con el contexto de referencia, las especificidades del sistema o de la situación y los componentes y propiedades observados”.
El pensamiento  complejo se va construyendo a través de la indagación y búsqueda del conocimiento y por ende se logra también en la comparación de conceptos con el fin de lograr conclusiones definidas y enriquecidas por cada nueva investigación que se realice.
El proceso de aprendizaje fundamentado en el pensamiento complejo, propone nueva generación de escenarios aun cuando existan otros ya propuestos con bagaje de investigación, ya que el propósito real del mismo consiste en analizar, conocer y dar vía a nuevas alternativas y situaciones que permitan ser puente para la educación del sujeto y para lo cual es necesario aprender a aprender, y no solo se trata de los conceptos o ideas de un tema puramente académico si no que más bien es un aprendizaje de actitud, donde el sujeto obtiene el conocimiento de una red de conexiones que lo complementan teórica y personalmente.
Santamaría, F. (2011)  afirma que “en la educación es cada vez más precisa la posibilidad de enfrentarse a los problemas fundamentales y globales del individuo, del ciudadano, del ser humano. Para poder plantear estos problemas es necesario reunir una serie de conocimientos separados en disciplinas. Se exige, así, una forma más compleja de conocer, de pensar”.
Esto según Morín significaría que la educación se encuentra atrasada en lo que respecta a la riqueza multidimensional del ser humano y es necesario que la transmisión del conocimiento de experiencias y de valores dentro del campo educativo  sea expansiva, de modo tal que se realice la toma de información con mayor amplitud y profundidad, considerando las diferentes posibilidades que le acerquen a la verdad, la cual no es  producto del azar, sino más bien, se compone de múltiples puntos de vista aplicados a la observación y  la crítica que pertenecen tanto al entorno investigado como al propio sujeto investigador.  Por lo tanto, los puntos de vista consisten en lo que conforma el pensamiento, construirlo se refiere a una actividad donde se procesan los datos, imágenes, referentes y opiniones propias para conformar un concepto.
El desarrollo del pensamiento se enriquece a través de la educación, que se entrama en nuevos conocimientos y conceptos que permite localizar ideas por medio del aprendizaje de información y da lugar a la vinculación en los conceptos mentales del sujeto para ser utilizadas en el desarrollo de sus habilidades. Al haber atravesado este proceso de construcción, se llega al concepto, el cual “se refiere a una idea que concibe o forma entendimiento, es decir  son imágenes mentales capturadas o retenidas en la mente, que explican o resumen experiencias, razonamientos o imaginación, las cuales emergen de la interacción  con el entorno, cuando en la mente se almacena una gran cantidad de información, el concepto nace de esa información y le da sentido”[1].
La dinámica del concepto comprende elementos que son diferentes del acto individual o aislado; entonces, estos elementos que eliminan las barreras del pensamiento mediante datos enfocados y con sustentación informativa, corresponden a la construcción del concepto mediante diversas fuentes que encierran el todo del tema determinado. Todo lo que conlleva el concepto debe intervenir directamente con la realidad, pues no puede ser una idea vaga sin fundamento, sino que al contrario se debe considerar que los esquemas cognitivos que lo compongan, han de poseer bases temáticas, experimentales y/o de investigación que le precedan.

El Proceso de la Educación y el pensamiento complejo

La educación, se ha concebido como el proceso a través del cual se construye el sujeto y mediante el cual se le brindan posibilidades para que intervenga en pro de la sociedad.  Entonces, el factor a resaltar de la educación es que se le considera tal como lo menciona Daros, W. (2012) “la manera en la que cada persona, en el ejercicio de sus posibilidades, se da, en la interacción social, una forma de ser.”
Trabajar en esa construcción de autonomía en el sujeto, es parte del proceso del pensamiento complejo y éste se debe introducir preferiblemente, desde la edad temprana y de forma constante, para que él también sea actor del proceso educativo con la guía del profesional en educación, lo que dará como resultado una persona proactiva, que interactúa socialmente y que además logra los objetivos propuestos en el aprendizaje.
De esta manera,  se espera que las prácticas educativas brinden a los estudiantes los conocimientos, principios y herramientas necesarias para que se conviertan en ciudadanas y ciudadanos que generen cambios en sus propios escenarios, y que consideren la importancia de estas metas como factores que inciden de manera universal, ya que se enfocan directamente en el desarrollo y el bienestar de toda la sociedad, tal como lo dicen los puntos de vista de pensadores como Kant, Freire, Habermas y Morín. De acuerdo con Daros, (2012) la educación se define como el “camino final que lleva a la humanidad a su plena autoconciencia y a la emancipación de los individuos y las sociedades”.
La Perspectiva del Pensamiento Complejo
Los aportes de Morín (2009)  indican que la complejidad unifica la simplicidad y no como una única verdad sino, que al llevarla a un estado multidimensional le permite abarcar mayor cantidad y calidad de conocimiento, en donde el sujeto aprende de la realidad externa, sumándolo a lo que el percibe y comprende de manera subjetiva de esa realidad, tal como lo dice él de esta forma: (Morín, 1994) “nuestra realidad que es a la vez natural y meta-natural, es decir cosmofísico-bio-antropo-sociológica”.
Por otro lado, Juárez, J. y Comboni, S.  (2012) mencionan que dentro de los propósitos del pensamiento complejo están:
                Romper con la idea de la separación del sujeto y el objeto
                Desligarse del método cartesiano
                Desvincularse del orden determinista
                Romper con el pensamiento simplificador.
Al tomar el camino del pensamiento complejo,  la explicación pasa de estar en un estado simple hacia uno complejo, en el que se tiene en cuenta no solo una vía de respuesta sino al que también se le atribuye la opción de enlazar conceptos con  respecto a las contradicciones, oposiciones  y desintegraciones que una vez reconocidas pueden ser organizadas y analizadas para ser expresadas y dejar  de lado la simplificación corriente de cualquier tema para “lograr” explicarlo y además, se crea una capacidad de comprender la realidad compleja que va en constante cambio para que al fundamentar los conceptos e ideas  con base en esta realidad, se determinen los parámetros y las guías educativas de la sociedad.
Como lo ha señalado Morín, el pensamiento complejo es una invitación a salir de una manera sencilla de ver las realidades a partir de la cual la especialización, y en particular la hiperespecialización, hace que cada persona conozca un pequeño fragmento de la realidad y que el objeto del conocimiento sea para su estudio desvinculado de la realidad donde actúa. Así un texto, una frase, requiere saber el contexto en el que está escrito o en el cual se pronuncia.
La complejidad del pensamiento también se aúna con la teoría de los sistemas adaptativos complejos, la dinámica no lineal, la teoría de los sistemas dinámicos, la teoría del no- equilibrio y la teoría del caos. Esto permite que el sujeto pueda manejar el concepto de “incertidumbre” y aun así llegar a organizar un concepto sobre dicho estado que permiten crear conceptos no lineales sino más bien dirigidos a la multimensionalidad que es una transformación a la expansión del pensamiento de la educación lineal.
Los procesos educativos vienen siendo lineales dentro del contexto de fundamentos teóricos que no se han constatado, ideas, percepciones y mecanismos de investigación; que no conducen directamente a una verdad adquirida, sino realmente se convierten en una verdad heredada ya que se transmiten de generación a generación por medio del los métodos de enseñanza-aprendizaje.
Heredar información, conceptos y saberes es indispensable ya que al conocer la historia del entorno en el que el sujeto se encuentra se tiene un campo amplio para el análisis y para encontrar respuestas a los interrogantes que se plantean. Sin embargo, la verdad adquirida por acciones que se llevan a cabo mediante la observación, experimentación y búsqueda de conceptos contrarios, le permite no solo  mayor visión, sino que también le aporta en el sentido amplio en  que el sujeto puede afirmar y estar seguro de sus conceptos.
Al asumir esa seguridad por la información adquirida, la respuesta de cada tema que es investigado tiene fundamento y se convierte en una convicción temporal, ya que es certeza de lo que ha descubierto. Pero no por esto es un concepto cerrado a nuevas ideas, pues, está en constante desempeño de alimentar el concepto con los cambios de tiempo, de cultura, sociales, políticos, económicos y de múltiples temas que pueden influenciar la variación informativa que se da a su alrededor, teniendo así un conocimiento con bases profundas pero también flexible al cambio.
El pensamiento complejo lleva a repensar la educación de un modo tal que esta se expande a nuevos horizontes y se lanza a ser una relación de conocimientos que lleven al sujeto a desarrollarse con metas y objetivos claros para que las competencias que posee alcancen las exigencias del mundo moderno y que exprese y conozca la manera de solucionar los nuevos interrogantes que se le presentan y de los cuales tal vez no tenia ninguna información previamente. Formando así, no solo estudiantes sino que además fomenta el desarrollo de ciudadanos capaces de ser críticos en el aprendizaje y en la enseñanza, permite que se forje una sociedad realmente participativa en pro del desarrollo de todos y del todo, puesto que se desafía a no dejar nada de lado sino que el sujeto alcanza la construcción  de un mundo en ascenso a partir de la visión compleja del mismo, sin dejar de lado los valores, el progreso, la cultura, la moral,  para un nuevo mundo que no se puede opacar por el tecnicismo (Houssaye,2003).
En miras de lo que menciona Houssaye, es fundamental que la educación que se otorga desde los primeros años hasta la edad adulta esté enfocada en la visualización de un mundo que cada vez es más complejo, que comprenda la importancias de abarcar todos los parámetros que necesita el sujeto para desempeñarse productivamente en la sociedad; de un sujeto que sea capaz de crear, de innovar, de ser objetivo, critico y propositivo.
Si se adopta el pensamiento complejo en todos los ámbitos de la educación, se asegura que el desempeño del sujeto será competente para una sociedad como la actual, ya que  permite desinstalar creencias adquiridas no modificables por los modelos socio-culturales y así mismo, a través de la complejidad, permite incorporar a su pensamiento nuevas creencias, e ideas de lo existente a nivel global, de manera tal, que el lugar donde se desempeñe el sujeto no sea un obstáculo para su desarrollo personal y profesional, sino que al contrario le permita adaptarse y manejar la actual complejidad para provocar, discutir y crear tendencias que se aplicarán a futuro y que le permitan asumir la universalidad.
Entendiendo la universalidad, como lo que se busca a través de la integración de la complejidad en la educación, lo que permite que los cambios enriquezcan el saber y no que lo debiliten con el paso del tiempo, así como a partir de las nuevas tecnologías, sino que ante esta situación, se eduquen nuevos patrones culturales que conlleven al progreso de un sujeto, una sociedad y un país para ser parte de un engranaje mundial que busca el bien de todos.
Para esto, se requiere adaptar las nuevas tecnologías a la complejidad para dar respuesta a las necesidades del mundo actual mediante una intervención en los sistemas educativos, que lleven a la expansión de la cosmovisión por parte de la sociedad que se está educando y que como objetivo principal que tiene, es avanzar en la búsqueda de la verdad; una palabra tan compleja que abarca múltiples puntos de vista y razones y que es un objetivo que comparte el pensamiento complejo, que al ser aplicado en la educación, ésta signifique una educación integral, competitiva y óptima estructuralmente para la sociedad.
Tecnologías de la Información y la Comunicación, Nuevas Formas de Pensar

En la actualidad se requiere de competencias por parte de los profesionales en educación así como también de los estudiantes que sean conocedores de los avances en tecnología y conocimiento innovador, en lo que respecta a propuestas científicas y tecnológicas. Ya que estas, han mejorado su condición de vida y también han demandado nuevas necesidades, que, a su vez, implican, nuevas intervenciones que vinculen los modos de comunicación protagonistas de estos cambios acelerados, tales como, el  internet y las recientes tecnologías de la información y comunicación (TIC) que han posibilitado por medio de dispositivos como computadores, tabletas, teléfonos inteligentes, entre otros, que las personas y comunidades interactúen en tiempo real sin importar la distancia geográfica que haya entre ellas.
De igual manera, el ciberespacio no solo se ha convertido en un gran repositorio de información a la que es muy fácil de acceder, y que también ha motivado a generar contenidos digitales para todo tipo de propósitos: sociales, recreativos, culturales, académicos, políticos, comerciales, religiosos, etc., permitiendo el flujo de conocimiento de forma más asertiva y dinámica, y a la vez a aportado a la educación nuevas formas de enseñanza-aprendizaje.    
En concordancia con la idea de que la educación debe contribuir al progreso de las sociedades, la CEPAL propone abordar la inclusión del mundo digital en los sistemas educativos desde la perspectiva TIC para el desarrollo educativo; esto es, su inclusión en la educación formal debe realizarse con el propósito de utilizarlas como medios para el avance económico, político, cultural y científico. Así, aunque  también han sobrevenido consecuencias problemáticas que ya son tema de discusión en diferentes ámbitos, se han forjado nuevos estilos de vida y mejores maneras de adquirir conocimiento como por ejemplo a través del conectivismo  y que están dispuestos gracias a estos avances, enriqueciendo la estructura de la teoría del aprendizaje.

El Conectivismo

El conectivismo, de acuerdo con Lobo, K. (2012) “es una teoría del aprendizaje basada en la era digital que fue propuesta por George Simons y StephnDownes  la cual conduce a explicar el efecto que la tecnología ha tenido sobre la forma de vivir, comunicarse y aprender”.
De este modo, el conectivismo, potencializa el desarrollo del pensamiento complejo y es base fundamental actualmente para los profesionales en educación, puesto que los  maestros deben  estar conscientes de que los niños, niñas y jóvenes que llegan a las aulas, están permeados por la era digital y buscan información que puede promover aprendizajes, que en este caso estaría dado  a través de las conexiones o redes siendo el maestro el responsable de que este suceda a partir de la interacción con ese saber.
Este reconocimiento se ve claramente intervenido en el mundo moderno por el entorno virtual, lo que hoy en día se ve representado en el aprendizaje por medio de las TIC y en el que se presenta un constante cambio de ideas y conceptos preconcebidos, puesto que no solo se guía de una sola fuente sino que al contrario son muchas las que pueden participar en la unificación y descripción del objeto investigado.
Además, hay que tener en cuenta que introduce los cambios que pertenecen a la modernidad y que generan una educación a nivel grupal, menos individualista ya que al pertenecer y participar en las redes de comunicación se da apertura a muchos conceptos que de otra forma no sería posible alcanzar centrándose en el trabajo unos con otros sobre una temática en común. Esto se relaciona con la universalidad del aprendizaje que permite el conectivismo y que también se torna como un aprendizaje colaborativo que abre un nuevo camino, un repensar acerca del conocimiento, que además de ser adquirido por y desde los humanos, también puede ser tomado de máquinas como aparatos electrónicos, robots, procesadores electrónicos y otros.

Principios del Conectivismo
Los principios permiten el direccionamiento de las directrices teoricas, en el caso del conectivismo propuesto por Siemens G. (2004) están:
         El aprendizaje y el conocimiento dependen de la diversidad de opiniones.
         El aprendizaje es un proceso de conectar nodos o fuentes de información especializados.
         El aprendizaje puede residir en dispositivos no humanos.
         La capacidad de saber más es más crítica que aquello que se sabe en un momento dado.
         La alimentación y mantenimiento de las conexiones es necesaria para facilitar el aprendizaje continuo.
         La habilidad de ver conexiones entre áreas, ideas y conceptos es una habilidad clave.
         La actualización (conocimiento preciso y actual) es la intención de todas las actividades conectivistas de aprendizaje.
         La toma de decisiones es, en sí misma, un proceso de aprendizaje. El acto de escoger qué aprender y el significado de la información que se recibe, es visto a través del lente de una realidad cambiante. Una decisión correcta hoy, puede estar equivocada mañana debido a alteraciones en el entorno informativo que afecta la decisión.
 Brecha en el Acceso de TIC

Si bien las políticas en TIC de los países latinoamericanos han impulsado el incremento de disponibilidad de tecnologías informáticas para los niños y jóvenes, tanto desde sus hogares como desde los centros educativos a los que asisten, aún persisten desigualdades en el acceso a ellas. En este sentido, los informes del Ministerio de TIC (marzo 5, 2014), reportes de la Unesco (2015) y el reporte de el Periódico el Tiempo (sep 1, 2014) indican que los jóvenes de estratos socioeconómicos bajos tienen menos oportunidades de acceder a un computador con internet que aquellos pertenecientes a las clases altas. El mismo fenómeno se observa entre las zonas urbanas y las rurales, siendo estas últimas las que tienen menor conectividad a internet.
De este modo, la persistencia de la disparidad de acceso impide que hoy en día los jóvenes latinoamericanos más desfavorecidos tengan muchas posibilidades de aprovechar los recursos de esta era para emanciparse, mejorar sus competencias creativas y científicas, tener más oportunidades de ingresar en el mundo laboral o crear sus propios proyectos económicos y, de esta manera, reducir los índices de desigualdad, pobreza y exclusión.
Por otro lado, gran parte de los docentes pertenecen a generaciones que en su infancia estuvieron alejados de las facilidades tecnológicas que se ofrecen hoy en día y, por tanto, han tenido que enfrentar un proceso de alfabetización digital, que a pesar de sus esfuerzos por familiarizarse con estos recursos, aún es común encontrar en entornos en los que está dada la accesibilidad al mundo tecnológico un distanciamiento entre profesor y estudiante en lo respecta al manejo y la comprensión de las lógicas de las TIC.
En el caso colombiano, durante los últimos años se han incluido nuevas estrategias que permiten al estudiante y profesional de la educación básica y media por medio de los programas computadores para educar y vive digital  que las TIC entramaran prácticas educativas con el uso de medios tecnológicos. Sin embargo, el manejo de las mismas no siempre es el más adecuado, ya que la experiencia del profesional en educación no es suficiente en lo que respecta al desempeño, competencias y habilidades necesarias para ser eficientes en los ambientes digitales.
Muchos profesionales de la educación, son renuentes frente a la integración de las nuevas herramientas a los procesos educativos. Infortunadamente, posiciones como esta han marginado el desarrollo de las competencias tecnológicas en los niños y jóvenes, lo cual se evidencia en el hecho de que las TIC todavía se relegan en la escuela a una asignatura, usualmente apartada y desarticulada con los demás procesos de formación. En relación con ello, Carrasco, A. (2014) realiza la siguiente reflexión:

“Las tecnologías de la información y comunicación están cambiando las formas de trabajo y los medios a través de los cuales las personas acceden al conocimiento, se comunican y aprenden, por ello, resulta paradójico como dentro de una institución educativa se puede estar investigando con los últimos procesos y herramientas científicas al mismo tiempo que se sigue "enseñando" con una tecnología convencional; esto es debido, a la escasa formación del profesorado respecto al conocimiento y uso de la tecnología, además de existir problemas relacionados con la actitud de los profesores hacia los nuevos medios. Se puede decir que, sin una adecuada formación del profesorado, no es posible desencadenar la "revolución tecnológica" que la escuela está demandando”.

Las creencias, actitudes, aptitudes y experiencias de los docentes en lo referente al mundo digital son factores importantes que también deben considerarse, en tanto que de ellas depende su disposición para incluir estas herramientas en sus prácticas pedagógicas. Así, la CEPAL afirma que es más probable que aquellos docentes que consideran que la incorporación de tecnología digital mejorará la motivación de sus estudiantes, optimizará el tiempo de enseñanza y redundará en un aumento de la calidad de aprendizaje, utilicen esa tecnología más intensamente.

Debido a esta situación, se requiere que los profesionales en educación, se actualicen en esta área y comprendan la utilidad que estas herramientas de comunicación y tecnología pueden tener en sus prácticas pedagógicas, para que de esta manera enseñen a sus estudiantes a aprovechar al máximo el mundo digital para adquirir conocimientos, innovar y constituirse en ciudadanos comprometidos con su entorno para que no solo el mundo digital represente en ellos la idea del entretenimiento, recreación y participación en círculos sociales, sino que la intervención de los profesionales en educación, ayude a los jóvenes a ampliar este concepto del ciberespacio mediante una labor que requiere por parte de los profesionales en educación, de análisis, estrategia y creatividad.
Por lo anterior, el conectivismo  proporciona a la educación un ambiente que genera un aprendizaje dinámico,  significativo, contextualizado y transdiciplinario que son elementos que sustentan el pensamiento complejo.
 Estrategias del Aprendizaje

Dentro de las  estrategias de aprendizaje  se teje la importancia del cambio de pensamiento para construir una educación que sea asertiva a las competencias actuales y que haga que el  sujeto sea parte del cambio mediante el proceso educativo.

Figura 3. Estrategias del Aprendizaje
Fuente: Mª Rosa Elosúa (1993)

Para generar este cambio, es importante fijar la mirada a siete principios claves que según Edgar Morín (1999) son fundamentales para comprender y establecer la educación del fututo y que actualmente se han ignorado en las diversas áreas de la educación. Estos saberes (ver figura 4) son:

Figura 4. Saberes Necesarios para la Educación del Futuro

 
Fuente: Edgar Morín (1999)

Estos siete saberes superan la educación tradicional que comúnmente se encuentra cerrada a un único punto de vista de los conceptos determinando rotundamente la categorización de las ideas verdaderas y falsas, sin permitir expandir la mente a nuevas visiones del mundo y su entorno.

Este conocimiento fragmentado que se da por la educación tradicional, que no alcanza el nivel de competitividad que hoy en día requiere el sujeto, ya que no tiene en cuenta diversos puntos de vista y fuentes que se focalizan en una temática específica, contrario a lo que se  reconoce a través de la mirada del pensamiento complejo y el conectivismo,  que permiten al sujeto tener en cuenta el contexto que abarca el conocimiento y que para entenderlo es necesario reflexionar sobre el mismo y distinguirlo multidimensionalmente en los diferentes ámbitos que le rodean; ámbitos que van desde lo biológico, emocional, racional, social hasta el nivel psíquico y espiritual.
        
Desde la multidimensionalidad del aprendizaje, este se reconoce dentro de un todo que requiere un proceso de interacción, aplicación y comprensión de la información y no solamente como un fundamento ordenado de ideas y saberes donde el único que tiene voz y voto en la organización y transmisión del conocimiento es el profesional en educación como se conoce dentro de la educación tradicional, impidiendo así una visión global de lo que se aprende, sino que también diversas fuentes de autores, medios y aún el propio interés del estudiante por el saber logra alcanzar ese aprendizaje que se articula en una educación basada en el pensamiento complejo y el conectivismo.

Las diferencias entre la educación tradicional y la que se enfoca en el pensamiento complejo se representan en la siguiente tabla:








Tabla 1. Cuadro Comparativo de Cognitivismo, Constructivismo y Conectivismo
Fuente: Zorro, L. (2013)

Con lo expuesto en la anterior tabla se confirma mediante una breve explicación teórica que el pensamiento complejo  y su  relación con el conectivismo dan apertura a una nueva perspectiva de la educación, y que debe ser construida con el objetivo de que  para comprender al mundo es necesario reconocer que todo se encuentra entrelazado. Al unir, la educación, el pensamiento complejo y el conectivismo, se deja de lado el conocimiento aislado de las cosas y se avanza hacia la contextualización global que se requiere del mismo, con el fin de dar más resultados positivos en cuanto a la calidad y asertividad en materia de competencias por parte de la educación en los sujetos que buscan el saber.

La intervención del pensamiento complejo en la educación se focaliza en el tratamiento de problemas o sea de la resolución de los mismos, observándolos desde las  diferentes perspectivas existentes o nuevas, ya sean dadas por otras fuentes informativas o por fundamentos experimentales del sujeto investigador. Esto pone en una nueva plataforma a la sociedad para que sea educada mediante estas estrategias, estableciendo una sociedad que avance al mismo tiempo competencias que la globalización requiera para el excelente despeño en cualquier faceta del entorno.

Desarrollar en mayor medida la inteligencia del sujeto por medio de diversos ejemplos para colocar en acción el pensamiento, la deducción, la creatividad y se dinamiza el proceso de toma de decisiones que se dirija a una educación de calidad, competente y que afianza todos los conocimiento, experiencias y actitudes necesarias para que así mismo los profesionales en educación sean reorientadores de los procesos de aprendizaje y enseñanza, permitiendo que los sujetos sean reafianzados en la actitud de resolución de problemas, como una meta a cumplir en el entorno educativo, ya que es una necesidad en el ámbito de la vida y de las relaciones. Por eso, es indispensable crear canales mediante los cuales los sujetos aprendan y conciban la importancia de la reflexión en cualquier proceso de solución, cuestionamientos o situaciones que se presenten.

El impacto de la reflexión en la toma de soluciones repercute directamente sobre la verdad, verdad que solo se encuentra en el centro de todas las opiniones y no precisamente alejándose de aquellas en las cuales no se cree inmediatamente, sino más bien tomando de cada opinión una pate de la misma para analizarla y así fundamentar una repuesta basada en la reflexión., para no quedarse en la creencia en donde “el hombre común sitúa  a la ciencia, y al saber objetual justificado y fundamentado por ella como verdadero, por encima de todos los saberes” (Sotolongo, 2006).





[1] Tomado de: http://www.deperu.com/abc/gramatica/3965/cual-es-la-diferencia-entre-concepto-y-definicion, el día 8 de diciembre de 2015.
INTRODUCCIÓN
La reforma de la enseñanza debe conducir a la reforma del pensamiento y la reforma del pensamiento debe conducir a la reforma de la enseñanza.
                                                                                      Edgar Morín

Los hallazgos en el presente trabajo inician mostrando que a pesar que los sistema educativo de América Latina, en términos de competencias para la vida, con calidad y resultados que conlleven a una formación integral, han intentado a través de los procesos educativos, incidir de manera positiva sobre los cambios sociales, políticos y culturales actuales que se dan en forma acelerada,  no han sido eficiente en algunos paises del territorio como es el caso particular  de  Colombia.
Por lo tanto se debe pensar en fortalecer los procesos educativos para que la educación deje de pertenecer a métodos lineales que no avanzan a la par con los procesos de la globalización y las transformaciones que esta implica; ya que su trascendencia en el bienestar de los sujetos no se ha integrado totalmente para generar una educación en donde la meta del sujeto sea llegar a la toma de decisiones, pensar y proponer nuevas respuestas, con alternativas frente a los conceptos y cuestionamientos que se implementan en la vida práctica, como parte del proceso de fortalecimiento educativo.
Teniendo en cuenta lo anterior, también se identifica, que es necesario desarrollar una educación inteligente en la que se sigan patrones establecidos y donde se esperen respuestas únicas por parte del sujeto, al igual que es importante para que la posibilidad multidimensional de creatividad, pensamiento complejo y pensamiento crítico se despierten en las personas y sean formadas en un entorno de conceptos, ideas y conocimiento capaz de mejorar e incorporar las competencias que se necesitan para formar una sociedad incluyente y responsable, que es lo que se requiere actualmente. Este tipo de educación es fundamental en el proceso formativo de ciudadanos comprometidos con  consigo mismos y su territorio.
Para adoptar esta visión es necesario que se tenga en cuenta un gran conjunto de factores que intervengan en los procesos educativos (docente, espacio, tiempo, tecnología, etc.) que no se dividan entre sí, en donde cuente el todo y se reconozca al sujeto como parte de ese todo. Para esto, se requiere visualizar y componer el aprendizaje desde el pensamiento complejo como lo indica Morín.
En este trabajo, también se definen al pensamiento complejo como “realismo sistémico”, ya que mediante esté la formación del ser adquiere una nueva dimensión  en donde se convierte en un proceso dinámico de construcción del sujeto en el que interactúan factores integrados, tales como, la educación, el progreso y el bienestar colectivo.
Entonces, sensibilizar al profesional en educación con respecto a que el pensamiento complejo no solo es un cambio de mentalidad y de actitud hacia los procesos educativos actuales, sino que también es un aporte al bienestar colectivo, ya que está intrínsecamente ligado al mismo, y teniendo en cuenta las formas que nos brinda la tecnología para comunicarnos, es un punto de desarrollo fundamental.
En este contexto,  el presente estado del arte, evidencia la relevancia del pensamiento complejo y el conectivismo, como elementos que intervienen de manera positiva en la educación, con el fin de dar una nueva visión de los modelos educativos como punto de partida para generar una mejor educación, que en contexto con el pensamiento complejo, permita llegar más allá de lo puramente académico y logre ejecutar una transformación del sujeto mediante la reconfiguración de los  métodos de enseñanza y aprendizaje.
Por otra parte, se establece que un modelo educativo para las necesidades actuales sugiere la unificación de los conceptos basado en las necesidades de los sujetos, la organización y la exploración de los mismos para que la educación contenga sus bases en el reconocimiento, análisis y la reflexión de la información que desemboca en una educación no lineal, basada en el uso adecuado  de las TIC, en el tratamiento adecuado de la información, basada en hipervínculos o saltos, donde la información es gratuita, de fácil acceso y con cantidades inmensas de datos y formatos bien organizados y conectados.
De igual manera, un modelo donde el docente es un guía y no un enseñante, en el que exista la crítica y la creatividad, en el que los sujetos construyen un pensamiento reflexivo que se genera a partir de las ideas, pensamientos y datos ya probados, tanto como de otros que no están determinados, con el fin de formar más que estudiantes, formar pensadores en los espacios de desarrollo educativo, social, comunitario y personal.
De esta manera, se muestra la importancia de aceptar que las actuales generaciones  requieren nuevas formas para educarse, y que estudiar las ciencias de la complejidad presentan múltiples alternativas que nos permitan repensar el acto educativo, lo que motiva este trabajo, en el que se ha propuesto elaborar un estado del arte de las investigaciones que han analizado la pedagogía en América Latina desde las ciencias de la complejidad, a lo largo de los últimos diez años. 
COMO SE VE LA EDUCACIÓN DESDE LAS CIENCIAS DE LA COMPLEJIDAD EN AMÉRICA LATINA

José Manuel Castelblanco Arenas

Con este trabajo se presentan los elementos que nos permiten establecer, como se está abordando la educación en América Latina desde las Ciencias de la Complejidad, para de esta manera analizar el  proceso educativo en el  que se forman los niños, niñas y jóvenes que ingresan al sistema educativo actuamente en un mundo mediado por la tecnologia,  teniendo  en cuenta que hacen parte de una generación que ha evolucionado con nuevos retos tecnológicos así como en la construcción de la base de la sociedad, es decir la familia. El abordaje pedagógico realizado por los actores educativos en las instituciones educativas, ha desconocido los diferentes paradigmas  y los múltiples contextos como lo son la ciencias cognitivas, la idea de aprendizaje, de inteligencia, el discurso educativo, la globalización, la información, la innovación,  las políticas, etc., que están transformando la sociedad. 

La aceleración de estos cambios culturales y sociales, y sobre todo, el tiempo de adaptación a ellos,  han impedido analizar y entender que la sociedad  se ha transformado; y por tanto, muchas propuestas  educativas acuden a adaptar experiencias y metodologías aparentemente exitosas, sin tener en cuenta los cambios y  las diferencias de los distintos contextos presentes incluso dentro de la misma ciudad y localidad en donde se aplican, llevando esto a lo que se podría entender pon una crisis en la educación.

Tener en cuenta estas evoluciones en la sociedad, significa entender que la historia es inherente a los procesos educativos, por tanto es importante a través de un estado del arte, identificar como se están entendiendo estas transformaciones en América Latina y poder establecer relaciones con nuestro entorno que nos permitan analizar en modelos fundamentados en las ciencias  de la complejidad y especialmente en lo que significa el pensamiento complejo.

Para entender los cambios de los procesos educativos, el presente trabajo se basa en el modelo de Edgar Morín,  el pensamiento complejo,  el cual permite analizar  desde diversos instrumentos pensando en  una teoría de sistemas que no limita la acción humana, teniendo en cuanta que la educación tiene acciones en lo político, en lo social y en lo cultural. Así como también  entender que los fenómenos que intervienen en la educación  son importantes si se basan en un trabajo interdisciplinar que integre tanto las ciencias sociales como de las ciencias naturales, esto significa repensar  la pedagogía como una disciplina que se ocupa  de los procesos de enseñanza-aprendizaje, teniendo en cuenta no solo elementos de la filosofía, la sociología y la sicología, si no de la economía, la biología, la teoría general de sistemas, entre otras, por lo tanto debemos  ver la educación como una reproductora de la cultura vigente, pero también como la productora de una nueva sociedad. Repensar la educación es estudiar la definiciónes de Rousseau, Kant o Freire, que pensaron la educación como un instrumento para formar individuos autónomos, liberados de alienaciones sociales.

Frente a lo que muchos autores ven como un panorama de crisis en la educación, lo podemos sustentar en una desarticulación social, desesperanza de los jóvenes, pobreza y por ende subdesarrollo, que son reflejados en los estándares internacionales en donde el país está ubicado en los últimos lugares en América Latina  en términos de calidad de educación. Este trabajo busca que las personas comprometidas en la formación de las nuevas generaciones de del país repensemos la educación a partir de un modelo direccionado al paradigma de la complejidad educativa, para lo cual se realizó una revisión documental  que permite establecer que se está diciendo en América Latina en los últimos diez años en torno a la evolución de la educación y como el pensamiento complejo puede verse como una alternativa de implementación, esto unido a la posibilidad de pensar en un modelo que se sustente en el pensamiento complejo y el conectivismo en los programas educativos, con el fin de que sean adecuados a los cambios a los que se enfrenta el mundo moderno, un mundo en constante desarrollo de visión universal en lo que respecta a aspectos culturales, políticos, tecnológicos y relaciones humanas; que además requiere de un equipo multidisciplinar que proponga soluciones en el desarrollo de estas perspectivas frente al mundo educativo.

Esta investigación dará pie a una reflexión que permita repensar como se está enseñando o como se están formando los ciudadanos competitivos en un mundo globalizado mediado por la tecnología,  lo que significa que es urgente e importante el  mejoramiento de la educación, implementando el pensamiento complejo en los profesionales de la educación, comportándose como líderes que dialogan, que establecen un alcance informativo en los diversos grupos que tienen a cargo, personas que educan y que logran establecer redes de relación mediante las cuales la información se traspase de unos a otros. Por lo tanto el profesional en educación debe cuestionarse su propósito y el cómo lo está llevando a cabo para formar ciudadanos con competencias que le permitan tomar decisiones en pro de su avance y en la solución de problemas; puntos claves en cualquier formación profesional. De igual manera es fundamental contemplar la actitud del estudiante, la cual ha de tener un cambio, en lo que aprende,  no  quedarse simplemente con el concepto recibido sin indagar, cuestionar,  ni proponer nuevos caminos que respondan las dudas o cuestionamientos, sino por el contrario que estén en una búsqueda incansable de información, con actitud de participación dentro del proceso de aprendizaje, para lo cual es necesario llevar al sujeto a pensar de manera reflexiva, objetiva y critica.


10/23/2013

EDUCACIÓN, AFECTIVIDAD Y DESARROLLO MORAL

José Manuel Castelblanco Arenas



Hoy es importante recapacitar sobre cuál debe ser la misión fundamental del profesional de la educación, fundamentado en el amor por su profesión y el compromiso social con los educandos y la sociedad. 

Hoy, en tiempos de crisis del Estado, de la pedagogía, de la familia, de globalización de la economía y del fuerte impacto de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, la educación debe redimensionar su importancia político-social. En este contexto, la dupla, escuela-comunidad se constituye en eje del debate. Esta relevancia se deriva no sólo de los desafíos didácticos vinculados a la comprensión de procesos sociales de gran complejidad, sino a la pérdida de la capacidad socializadora de la escuela y la necesidad de redefinir sus contenidos adecuándolos a la existencia de nuevos lazos y demandas sociales, lo cual se convierte en una cuestión socio-política que debe ser resuelta por el conjunto de los actores sociales, fundamentado en los valores morales de libertad, igualdad, honestidad, solidaridad, y justicia.

¿Qué referentes éticos pueden guiar la discusión y el abordaje de una problemática de tal complejidad?

Tal vez la respuesta la encontremos en los orígenes mismos del sistema educativo, el cual respondió en el momento de su creación a los requerimientos políticos de construcción de la democracia y de los Estados. “Este sistema, especialmente en su base, sería responsable de difundir contenidos, valores y normas de conducta destinados a crear vínculos sociales basados en el respeto a las leyes y la lealtad a la nación, por encima de las pertenencias culturales o religiosas particulares” (Tedesco, 1996), factores modeladores externos.

Es desde lo que el modulo denomina  interdependencia individuo sociedad y cultura  y hacia la democracia, que debería apuntar la transformación del sistema educativo. Ubicados en ese contexto, tres aspectos que establecen las condiciones de construcción de la ciudadanía y las posibilidades de articulación familia-escuela-comunidad: la escuela como espacio de constitución del sujeto individual y colectivo, la escuela como centro de producción colectiva de conocimiento y la escuela como espacio de participación comunitaria.

La escuela como espacio de constitución del sujeto individual y colectivo.

El concepto de ciudadanía está relacionado desde su génesis con el derecho de inserción de los individuos en instancias decisivas de su sociedad. En ese sentido la ciudadanía, al mismo tiempo que limita los poderes del Estado también universaliza e iguala la singularidad de los sujetos, facilitando la regulación social. Sin embargo, es necesario concebir la ciudadanía mas allá de la concepción jurídica del término, la cual la restringe a la cuestión de los derechos y deberes. Es decir, se trata de extender la ciudadanía a otras dimensiones de la actuación del sujeto en su entorno social y no sólo aquellas que tengan que ver con una relación inmediata con los mecanismos burocráticos del Estado. Esto plantea dos interrogantes. ¿Cómo generar las condiciones para que las personas se constituyan afectiva y  efectivamente en ciudadanos y puedan ejercer plenamente esa condición? ¿Cuál es el rol de la educación en ese proceso?

Podría pensarse que el acceso a la escolarización constituiría, en principio la aspirada ciudadanía. Sin embargo, podemos preguntarnos qué porcentaje de la población infantil accede a la escuela básica y si la permanencia de los niños en las escuelas cumple efectivamente ese papel. Freire (1994) apuntaba que aprender a leer y escribir no basta para el ejercicio pleno de la ciudadanía, ni tampoco el acceso a la educación remite necesariamente a la formación de ciudadanos.

Esta relación entre ciudadanía y educación requiere revisar el modelo pedagógico tradicional que no favorece la participación y en ocasiones constituye un obstáculo al acceso del ciudadano a su plena madurez y al ejercicio de sus libertades. Igualmente, algunas prácticas educativas producen una fragmentación de la identidad del sujeto al negar sus referentes éticos, estéticos, físicos, étnicos y simbólicos. Lo cual supone una significativa ruptura ética.

En este sentido, algunos autores (Nuernberg, A y Zanella, A, 1998), reivindican la función que tiene la escuela de educar al ciudadano en su condición de sujeto. Ello implica un diseño curricular que permita reflexionar sobre problemáticas del contexto socio-político y económico en el cual se inserta la escuela y privilegiar la participación a través de prácticas que superen los mecanismos autoritarios de la relación con los educandos, superando el patrón de relaciones basadas en la dicotomía sumisión/dominación. Es decir, la ciudadanía debe ser vivenciada en el salón de clase, como experiencia del ejercicio de derechos y deberes institucionalizados en donde se pueda ver cómo fueron transformadas las condiciones en que se afirma la ética tradicional del dominio del sí, elementos fundamentales en la promoción de la ciudadanía en el contexto de la escolarización formal.


En este sentido, la ciudadanía se constituye en un problema de orden filosófico para toda práctica educativa. Esto implica el reconocimiento de los significados del trabajo pedagógico y la posibilidad de transformar la escuela y el aula de clase en espacios de constitución de los sujetos, a través de las relaciones sociales y de la apropiación de significados producidos en ese contexto. La promoción de ciudadanía pasa por el establecimiento de relaciones democráticas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, constituyéndose educador y educando en sujetos activos del proceso. Así, los alumnos se apropian de la ciudadanía como práctica social e histórica.

En suma, la educación para la ciudadanía contempla desde el abordaje de los contenidos y la formación ética, hasta las formas de relación en el espacio pedagógico y las significaciones sociales asociadas a esta práctica.


La escuela como centro de producción colectiva de conocimiento

Es este precisamente uno de los más grandes desafíos de la educación en la sociedad actual, pues sabemos que el sistema escolar se ha aislado significativamente del ámbito socio-cultural. Frente al dinamismo del cambio social la escuela ha mantenido una estructura rígida y estática. Asímismo, la capacidad socializadora de la familia y la escuela ha sido cubierta por nuevos agentes de socialización, especialmente la comunicación más mediática.

La escuela, por lo tanto, debe repensarse en el nuevo contexto socio-cultural y político. El rol de la escuela y su capacidad socializadora debe ser redefinido a la luz de una visión que conciba el proceso educativo en términos integrales, en sociedades cada vez más globalizadas y menos equitativas. Un rol que estimule el desarrollo de un ser humano capaz de comprender y transformar su realidad. Ello nos remite al carácter problematizador de la educación, en el sentido “freiriano” del término. La escuela influye directamente sobre estudiantes, familia y comunidad.

En este proceso de cambio, la escuela aparece como un centro generador de información y conocimiento sobre su comunidad y ésta se constituye en un ámbito de investigación-intervención para la escuela, lo cual enriquece su proyecto pedagógico. Mantener proyectos y actividades de investigación en la comunidad es para la escuela relativamente más sencillo que para cualquier otro agente, debido a su inserción natural en ella, su conexión con la familia y su recurso profesional y humano. De esta forma, la escuela puede compartir esta información con instituciones que intenten desarrollar programas o intervenciones comunitarias, facilitando el proceso de desarrollo de la comunidad y desarrollando alianzas con otras instituciones, tanto públicas como privadas, a los efectos de incorporar servicios, programas y recursos que atiendan diferentes necesidades detectadas en la comunidad, lo cual incidirá positivamente en su proyecto pedagógico. La institución escolar se define así como un espacio de redefinición de lo público y de resignificación de lo político (D’Erasmo, 2000).

La escuela como espacio de participación comunitaria

El trabajo comunitario, sobre todo en los contextos de comunidades populares, suele desarrollarse a partir de grupos organizados dentro de estos mismos contextos. Son estos grupos quienes desarrollan el trabajo, intentando radiar su acción hacia el resto de la comunidad. Esta acción enfrenta entre sus dificultades, el agotamiento de los grupos a lo largo del proceso, la escasa participación comunitaria, así como la imposibilidad de acceder a toda la comunidad. De allí que las propuestas de autogestión, concientización y problematización, principios del trabajo comunitario, se dificulten. La posibilidad de impacto y evolución de este trabajo pasa por reconocer un espacio natural como lo es la escuela, la cual ha estado o se ha colocado al margen de estos procesos.

Es obvia la necesidad de participación de la comunidad en el ámbito educativo. Participación que no se define únicamente a través de la administración de los recursos financieros y humanos de la escuela, de la autogestión a nivel local o la representación en los comités escolares u otra instancia, sino también por el diseño de proyectos educativos comunes en donde interrelacionen diferentes disciplinas, para comprender la construcción de la autoestima, la empatía y la Identidad, junto con las implicaciones normativas, jurídicas, políticas y sociales, para entender, aplicar y formar en el mundo de los valores


Adicionalmente, existen dos dimensiones: espacial y simbólica que fortalecen esta articulación escuela-comunidad. En la primera reconocemos tanto los espacios del aula y la escuela en general, como aquellos de la comunidad que se constituyen en “sitios de encuentro” como: la plaza, escalera, muros, calles, parques, bodega, parada, cancha, etc, con una carga de significados e historia colectiva. Espacios donde se satisfacen “las necesidades de comunicación y sociabilidad que culmina con una proximidad corpórea, permitiéndose la participación como “encuentro de intereses” (Fadda, G, 1990:218) y construcción de sentidos compartidos.

Esta noción de sentidos compartidos adquiere especial importancia en los actuales momentos, pues el debilitamiento de identidades sociales y personales, la pérdida de ideales y de visiones de futuro deja a los grupos sociales sin punto de referencia. Tanto la escuela como la comunidad son lugares de convivencia, con intereses comunes en un espacio y tiempo determinado, con diferentes niveles de organización y de cohesión social, pero además ellas pueden compartir un sentido de comunidad, entendido como el sentimiento que tienen los miembros de ambos sectores acerca de su pertenencia e identidad con éstos, del compromiso de estar juntos y de la posibilidad de proyectarse en metas comunes.


lo anterior no permite hacernos las siguientes pereguntas:

.- ¿Qué elementos a valores se deben emplear en la recomposición del concepto de familia como articuladora de la sociedad?

.- ¿cuál es el compromiso ético de los docentes en la formación de  ciudadanos fundamentados en valores?

.- ¿Qué significa ser un ser social fundamentado en la ética?

.-. ¿Qué acciones se podrían emprender para que la labor docente en

 el sector publico  se entienda como un orgasmo social?.